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Abraham García de León

La obsesión y la compulsión a favor de la Mercadotecnia

El rasgo de personalidad obsesivo-compulsivo manejado adecuadamente en pro del marketing puede ser un diferenciador en las estrategias, e incluso, un talento que puede convertir al mercadólogo en una persona exitosa.

En la comunidad de marketing se suele decir y escuchar que ciertos colegas son muy obsesivos en el trabajo y que incluso algunos de ellos caen en workaholic.

El rasgo de personalidad obsesivo-compulsivo manejado adecuadamente en pro del marketing puede ser un diferenciador en las estrategias, e incluso, un talento que puede convertir al mercadólogo en una persona exitosa, siempre y cuando no lo llevo al extremo, originando un trastorno que podría llevar a ser disfuncional con las personas que nos rodean.

Partamos que la parte obsesiva se manifiesta en pensamientos y la parte compulsiva en acciones, es decir, una persona podría combinar perfectamente tanto la creatividad como la ejecución siempre y cuando tenga consciencia de su rasgo de personalidad y lo ponga a favor de la empresa considerando límites para no perjudicar sus otros espacios de relacionamiento tales como la pareja, la familia y los amigos.

Una persona obsesiva tiene la facilidad de tener varios pensamientos simultáneos en su mente, pero es claro que tiene limitantes físicas, por lo que tratar hacer o accionar con la misma velocidad todo lo que piensa podría desencadenar frustración y angustia al no concretar en hechos aquello que está en su mente. De igual forma un obsesivo-compulsivo podría angustiarse y frustrar a los otros ya que siempre ven de forma natural el más mínimo detalle, se dan cuenta de forma rápida de los errores visuales en las presentaciones, en los colores, en la armonía del lugar; pareciera que nunca están satisfechos y que incluso siempre piden más.

De forma adecuada este rasgo de personalidad podría ser un gran talento, por ejemplo, una persona que ya ha trabajado en ello sería capaz estimular a las personas (e incluso a los grupos de trabajo) en transformar lo bueno en excelente, ya que al tener la capacidad de ver el más mínimo detalle podría hacer una lista de sugerencias con base en los estándares de calidad establecidos e incluso delegar a otros o distribuir acorde a las competencias que tengan en vez de tratar de hacerlo todo.

Una persona con rasgo de personalidad obsesivo que logre conjuntar conocimientos podrá detectar rápidamente las variables de la campaña, del comportamiento del consumidor, de los colores en el diseño, e incluso ver zonas de riesgo para salir en productivo (por ejemplo, en las campañas de Marketing Digital).

Quizás te estés identificando (o te venga a la mente algún amigo, colega, jefe o incluso tu pareja), recuerda que no todos ven el mundo con los mismos ojos con el que tu o esa persona lo ve, así que si somos de ese grupo de personas que siempre queremos más y que nunca es lo suficientemente bueno, no está demás en convertir en talento nuestro rasgo de personalidad e incluso ser remunerado por ello.

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