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Fundación INCIDE y la consultora chilena New Genesis lanzan el Booster 2025, un programa intensivo que impulsa startups y EBCTs en salud hacia su maduración tecnológica y comercial.
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Con respaldo de ocho farmacéuticas mexicanas, ofrece mentoría especializada, vinculación industrial y acceso a inversión.Invertir en salud es apostar por soluciones reales que beneficien al país y a millones de pacientes.
En un país que busca consolidarse como potencia en investigación clínica y biotecnología, la inversión en salud no debería considerarse un gasto, sino una apuesta estratégica. En ese marco, iniciativas como el INCIDE Pharma & Health Tech Booster by New Genesis 2025 son mucho más que un programa de aceleración para startups: son un motor de transformación, un espacio donde la ciencia se convierte en solución, y donde el talento nacional (que sí lo hay y a montones) encuentra una rampa real hacia el mercado.
Organizado por Fundación INCIDE —una asociación civil respaldada por ocho de las principales farmacéuticas mexicanas— en alianza con la consultora chilena New Genesis, este programa representa un modelo inédito en América Latina. Su propuesta es clara: convertir la innovación en salud en una inversión rentable, tanto económica como socialmente. Y lo logra al brindar a investigadores, emprendedores y EBCTs (Empresas de Base Científica y Tecnológica) un entorno de formación intensiva y vinculación directa con la industria.
Es importante decir que la convocatoria 2025, abierta hasta el 19 de septiembre, promete seleccionar 15 proyectos con alto potencial, a los que se ofrecerán más de 150 horas de mentoría especializada en propiedad intelectual, estrategia de negocios, validación tecnológica, cumplimiento regulatorio y levantamiento de capital. La culminación será un Demo Day ante inversionistas, laboratorios y aliados estratégicos. Es decir: no solo se construyen ideas, se lanzan oportunidades concretas.
Por supuesto, lo más destacable del Booster 2025 es su capacidad de vincular ciencia y mercado, un puente muchas veces ausente en el ecosistema mexicano. Esta articulación es posible, porque detrás del programa está una red poderosa de empresas con experiencia, infraestructura y visión de largo plazo. No se trata solo de acompañar, sino de invertir en serio. Tan solo las empresas que integran Fundación INCIDE acumulan más de 1,000 millones de dólares en inversión en I+D y operan más de 60 plantas certificadas en México.
La propia lógica del programa está diseñada para maximizar el retorno de la inversión. Las soluciones seleccionadas no solo deben tener rigor científico, también deben demostrar madurez tecnológica y claridad de ruta regulatoria. Se busca que sean viables, transferibles, escalables. Y ahí está la clave: un país que invierte en ciencia debe pensar también en su aplicación, su impacto real y su sustentabilidad.
Por eso, iniciativas como esta no son meras incubadoras: son catalizadores de cambio. México necesita más de estos modelos si realmente quiere atraer inversión extranjera, fortalecer su soberanía sanitaria y construir cadenas de valor farmacéuticas propias.
En un contexto donde el Plan México del gobierno actual proyecta metas ambiciosas —como atraer 2,000 millones de dólares anuales en investigación clínica o incrementar en 15% la producción local de insumos médicos—, el Booster se alinea como una herramienta de política pública, aunque provenga de la iniciativa privada.
Además, el impacto va más allá de lo económico. Apostar por startups en salud es, también, apostar por la vida. Cada tecnología que logra escalar, cada molécula que avanza en su desarrollo, cada producto que se acerca al paciente, representa bienestar. Representa menos dolor, más tiempo de calidad, mayor acceso a soluciones que, de otro modo, quedarían atrapadas en el cajón de la investigación académica.
El programa Booster 2025 lo deja claro: la innovación no florece sola. Necesita guía, contexto, visión, financiamiento. Pero, sobre todo, necesita confianza. Confianza en que la salud es un terreno fértil para invertir con impacto, donde el retorno no solo se mide en cifras, sino en vidas transformadas.
En tiempos de incertidumbre global, donde las pandemias, el envejecimiento poblacional y las enfermedades crónicas exigen respuestas urgentes, invertir en salud es sembrar futuro. Como dijimos antes, México tiene el talento, la infraestructura y la necesidad. Ahora tiene también un modelo probado que puede —y debe— replicarse. La esperanza está en marcha, y lleva nombre: Booster 2025.
Formar estrategas para transformar la salud
En un entorno de constantes reformas regulatorias, escasez presupuestaria y creciente demanda de acceso equitativo a tecnologías innovadoras, el sistema de salud mexicano requiere algo más que buenos propósitos: necesita líderes capacitados, con visión integral, sensibilidad ética y enfoque estratégico. Responder a estos retos implica profesionalizar la toma de decisiones, particularmente en las áreas clave donde se define qué tecnologías entran, cómo se financian y bajo qué criterios se adoptan en el sector público.
Con esta premisa, el Centro de Excelencia en Economía de la Salud y Acceso al Mercado (CEESAM) lanza el Diplomado Internacional en Market Access, Relaciones Institucionales y Ventas a Gobierno, una propuesta de formación ejecutiva que busca formar perfiles con la capacidad de incidir en los procesos de incorporación de tecnologías de salud, con base en evidencia y con un enfoque multidisciplinario. No se trata de un curso comercial, sino de un programa estructurado para desarrollar habilidades técnicas y estratégicas que fortalezcan al sistema desde dentro.
El diplomado, que inicia el próximo 5 de septiembre en modalidad en línea y en tiempo real, está dirigido a quienes ya ocupan posiciones directivas o gerenciales en el sector salud, y que requieren perfeccionar sus capacidades para interactuar con instituciones públicas. Incluye 36 temas impartidos por 26 especialistas de talla nacional e internacional, y se complementa con un ejercicio práctico de análisis de caso, que se presentará ante un panel de expertos, asegurando la aplicación directa de los conocimientos.
La agenda académica aborda desde la arquitectura del sistema de salud hasta los procesos de compra pública, pasando por regulación, marco legal, comunicación ética y herramientas de planificación. Esta formación representa una respuesta concreta a una necesidad estructural del país: contar con expertos que entiendan el acceso no solo como un trámite, sino como una decisión estratégica con impacto en la salud de millones de personas.
Más allá del aula, el mensaje es claro: profesionalizar el acceso a la salud es también una forma de justicia. En palabras de Antonio Maneu, socio fundador de CEESAM: “La formación transforma. La estrategia transforma el sistema.” Y hoy, más que nunca, México necesita profesionales que estén listos para liderar ese cambio.
El Botiquín
- El gobierno ha puesto en marcha acciones en salud infantil, infraestructura y abasto de
medicamentos. Programas como Vive Saludable, Vive Feliz permiten, en teoría, detectar a
tiempo problemas como obesidad, caries y deficiencias visuales en millones de niños, y la
creación de expedientes digitales es un paso en la dirección correcta para darles
seguimiento. - El reto ahora es dar respuesta real a esos diagnósticos. Sin capacidad médica suficiente,
estos esfuerzos pueden quedar en buenas intenciones. La apertura de nuevos hospitales y
la mejora en la logística del abasto son avances importantes, pero deben reflejarse en
servicios funcionales, medicamentos disponibles y atención oportuna para todos.