Buenos Aires, Argentina.- Es una particular combinación entre el veganismo y lo que ellos llaman “alimentación viva”, los “Freeganos” están ganando espacio en el mundo moderno. Al límite de ser vagabundos, no trabajan por dinero, comen de los desechos y están en contra del consumo de bienes.
En pleno siglo 21, aparece en el mundo una tribu que llama la atención de muchos. Están en contra del trabajo remunerado, del consumo de bienes y del capitalismo. “En pocas palabras, están en contra de las bases sobre las que se cimenta el sistema de vida actual”, explica un artículo publicado por el medio argentino La Voz. En efecto: no comen carne y que no ganan dinero, pero aún así, viven.
Según se explica, esta tribu nació en el primer mundo y se sostiene sobre la base de que “todo es reutilizable” y que si es necesario buscar alimentos en los desechos, se hace. “No quieren usar la palabra basura porque piensan que nada debería ser desechado”, dice el artículo.
Uno de sus integrantes en la Argentina, Ariel Rodríguez Bossio, pasa gran parte del día abocado a Arcoiris Universal, una organización sin fines de lucro que se define como “un puente entre el mundo que tenemos y el que soñamos, con propuestas concretas para la actualización del paradigma de la alimentación y de la economía, hacia una sociedad compasiva y justa, en amor y abundancia para todos los seres”.
Ariel recorre una o dos veces al día las verdulerías de su barrio y busca aquellas verduras y frutas que serán desechadas. Prefiere no hablar de basura. “Entre 1 y 1,5 kilos de cada cajón de uvas se tira porque la fruta está desgranada y la gente no la quiere comprar si no está en el racimo”, contó a Ariel a La Voz. “Hay un despilfarro enorme. Se tiran entre el 30 y el 50 por ciento de alimento que está en buen estado”, agregó.
“Yo no promuevo el freganismo para todo el mundo, porque lo mío es una decisión radical. Lo que yo propongo es plantar árboles frutales para que todos podamos comer gratis, porque dentro del ecosistema todos los seres viven gratis. Los humanos somos los únicos que vivimos atrás de esta locura que es el dinero”. Ariel Rodríguez Bossio.
¿Trabajan? Intercambian horas de trabajo, pero sin que medie el dinero: lo llaman “Economía viva”. “El mecanismo funciona mediante un papelito con los datos y servicios de cada uno. Ese papel vale por una cierta cantidad de horas de nuestro trabajo que trocamos con otros”, cuenta Ariel. De esta forma los que participan del proyecto pueden intercambiar servicios sin necesitar capital.
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