Los avances por llevar los avances tecnológicos a un nuevo nivel han comenzado a materializarse en propuestas que parecen simplemente haber salido de una película de ciencia ficción. El ejemplo más reciente está en el recién presentado Tesla Bot, el primer robot humanoide de la empresa liderada por Elon Musk que ya hizo su primera presentación. 

En el marco del AI Day, Musk presentó el avance de este nuevo producto el cual, según el CEO de Tesla, aprovechará la experiencia de la firma en máquinas automatizadas en sis fábfiracas, así como parte del hardware y software que se utiliza en el sistema de asistencia de conducción de sus autos.

De manera puntual, este desarrollo medirá 1.68 metros con un peso ligeramente superior a los 56 gramos y en vez de mostrar un rostro, tendrá una pantalla en la que se espera se muestren algunas de sus funciones y actividades.

Con miras a estar listo cuando menos en un prototipo inicial  “en algún punto del próximo año”, según la propia página web del fabricante, el Tesla Bot será capaz de “realizar tareas que son peligrosas, repetitivas o aburridas”.

Una nueva economía 

A decir de Musk este nuevo desarrollo “podría ser una oportunidad para transformar la economía mundial” al reducir costos laborales con robots.

La premisa no es errada ante la necesidad de optimizar los tiempos y efectividad dentro de los diferentes procesos de cualquier organización, en donde desde hace varios años ya se esperaba  la integración cada vez más pronunciada de máquinas o robots inteligentes a los modelos de trabajo de las diferentes empresas..

De hecho, una investigación realizada por el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), destacaba que este tipo de máquinas ocuparían más de 5.1 millones de puestos de trabajo durante 2020, lo que significaba una reducción de oportunidades para el capital humano en la misma proporción.

Lo anterior será el efecto de la búsqueda de las empresas por aumentar su rentabilidad, si se considera que los costos que hoy este tipo de tecnología implica a las marcas supone un 4 por ciento de los ingresos anuales de una organización, número diez veces menor al 40 por ciento que suponen los costos de la plantilla laboral en términos de capacitación y servicios, según proyecciones de Gartner. 

Lo que queda para el marketing 

El desarrollo presentado por Tesla es claro ejemplo. El mencionado robot será capaz de transportar 20 kilogramos, levantar 68 kilogramos y correr a 8.05 kilómetros por hora. Además el Tesla Bot también “debería ser capaz de, ya sabes, por favor ve a la tienda y trae estos alimentos”, según los dicho Musk.

Para el marketing es justo en este último punto en donde se hará más evidente el cambio. La practicidad, ahorro de costos y optimización en la productividad que representan las máquinas y herramientas inteligentes al interior de las organizaciones así como en la vida de los consumidores -como facilitadores de actividades-, será pieza clave para que crezcan el número de supermercados automatizados, restaurantes con asistentes virtuales u hoteles robotizados, por ejemplo, lo que para la industria de la mercadotecnia supone un cambio de concepción y estrategias más ágiles, flexibles y rápidas.

Por tanto, la tarea de ser una marca relevante y reconocida suma un nuevo componente que debe ser considerado. Los equipos de mercadotecnia deberán preocuparse por ‘cautivar’ a un robot y, de esta manera, incrementar sus opciones para conectar con el consumidor.

En este juego, el manejo de datos será pieza clave para eficiente los esfuerzos de mercadotecnia, como elementos que permitan predecir antes que perfilar, con el fin de estar un paso adelante frente a dinámicas de consumo y de mercado que crecen en complejidad.

Humanos que venden a robots para satisfacer las necesidades de otros usuarios parece que será la fórmula en el modelo económico propuesto por la automatización de actividades, fenómeno que si bien trae consigo muchas ventajas en cuanto a optimización de recursos, desempeño y productividad de las organizaciones se refiere, también invita a no perder de vista los motivadores básicos y naturales del consumidores, que tienen que ver con la personalización y humanización de las relaciones que establece con sus marcas predilectas.