La semana pasada tuve la oportunidad de visitar mi querida ciudad de Tijuana, conocer y vivir de cerca uno de los casos más inspiradores que he visto en la industria del servicio en México, y probablemente en Latinoamérica, se trata de las estaciones de servicio denominadas Rendichicas. Una cadena de más de 100 unidades en varias ciudades del noreste de la República Mexicana que ha logrado diferenciarse en un sector donde aun tratándose de un producto de primerísima necesidad como es el combustible para autos, la competencia es feroz, los estigmas son numerosos y la confianza del consumidor no siempre está garantizada.
Una propuesta clara, congruente y poderosa: gasolineras operadas por mujeres, con litros completos y un servicio excepcional. Desde el primer momento en que se llega a una estación se percibe algo diferente. La imagen de la marca está cuidada al detalle: limpia, profesional, con un diseño amable pero firme, y un uniforme que proyecta autoridad sin perder cercanía. Pero lo más importante es lo que no se ve en una lona o en un anuncio: la actitud del personal, el servicio cálido y seguro, y la transparencia en cada carga de gasolina. Aquí servimos litro de a litro y si usted gusta se lo comprobamos, es la promesa de venta.
No solo ha entendido que la confianza del consumidor es el activo más valioso en el giro, sino que ha sabido construirla desde adentro, desde su estructura operativa liderada por mujeres, rompiendo paradigmas y abriendo camino en un sector históricamente dominado por hombres. Cada colaboradora no solo está capacitada técnicamente, sino que actúa como embajadora de la marca y como guardiana de su equipo de trabajo del cual se siente orgullosa de pertenecer.
Este enfoque tiene múltiples lecturas estratégicas que vale la pena destacar desde una perspectiva de marketing:
Diferenciación real, no solo discursiva. En un mercado donde casi todos prometen lo mismo —precio competitivo y buena gasolina—, hay que atreverse a cambiar la narrativa desde el fondo. Su diferenciador no es decorativo ni cosmético: está en el ADN operativo desde el director de operaciones hasta el último colaborador. Pruebas en sitio del litro completo, certificaciones del producto, servicio integral y por supuesto las chicas.
Posicionamiento emocional. Al confiar en mujeres como fuerza operativa, la marca no solo apela a la inclusión, sino que genera un ambiente emocionalmente distinto: más confiable, más humano y, para muchos clientes, más seguro. La población apoya la causa de la mujer sostén del hogar, las clientes mujeres se sienten comprendidas y seguras, los clientes hombres halagados, y por qué no, hasta divertidos de ver a una mujer en el mundo de los motores.
Coherencia entre promesa y experiencia. Hablar de “litros completos” puede sonar a lugar común en el marketing gasolinero, pero cuando lo comunica alguien que te mira a los ojos con seguridad, que sabe lo que está haciendo y que se esfuerza genuinamente en brindarte una buena experiencia, la promesa cobra otro valor. La prueba de litro completo al momento, el servicio que más allá de la carga incluye limpieza de parabrisas, aditivos, productos extra, diferentes formas de pago y una sonrisa que siempre es bienvenida para alegrar el día.
“No hay herramienta más poderosa para el cambio económico que la inclusión de la mujer.”
Melinda Gates, empresaria estadounidense cofundadora de la Fundación Bill y Melinda Gates.
La marca ha sido un motor de empoderamiento femenino real, no de discurso publicitario, generando empleo digno, bien pagado y con oportunidades de crecimiento para cientos de mujeres en el noreste del país. No es solo una marca incluyente: es una organización que ha entendido el poder de la inclusión como ventaja competitiva y como compromiso social.
Fue una grata experiencia convivir con varias de sus colaboradoras y encontrar testimonios de vida que impactan: madres solas que encontraron en esta empresa un salario digno para sacar a su familia adelante y que ahora tienen hijos con carreras universitarias. O aquélla que cumplió el sueño de quince años de su hija: un viaje a Europa. O la que pudo cubrir los gastos de salud de sus padres mayores. Las que compraron sus casas, las que estudiaron para ascender a puestos superiores en la empresa, las que tienen un patrimonio digno hecho por ellas; al final todo eso se traduce en grandes embajadoras de marca.
Desde el punto de vista del modelo de negocio, la marca está construyendo las bases de lo que pudiera ser una franquicia de nivel internacional con alto impacto social: procesos claros transmisibles y repetibles, estandarización del protocolo de servicio, control financiero, rentabilidad por encima de la media del sector, marca reconocida por el cliente, una marca posicionada en su nicho de mercado y una reputación ganada en el campo, no en el papel. Esto la convierte en un caso de estudio obligado para cualquier académico, consultor, inversionista o emprendedor que quiera entender cómo se construyen marcas que trascienden. Una marca super instagrameable y multigeneracional.
Pero no se vayan con la finta, esto no es ni pretende ser un Hooters de las gasolineras. Nada más alejado del concepto de chicas guapas con ropa corta. En entrevista para La Fórmula de la Franquicia su director de operaciones contestó a la pregunta ¿Realmente las chicas son un diferenciador para que el cliente venga? “Yo no lo creo, es un diferenciador desde el punto de vista social que nos hace llegar a la comunidad al apoyar al desarrollo de las mujeres solas con o sin hijos, al interior creamos equipos de trabajo de alto impacto. Aquí no se les contrata por bonitas, se les contrata por chambeadoras”, concluyó.
Cada equipo de trabajo en cada estación al principio de cada turno realiza un ritual en donde se grita la misión, la visión de la compañía, etc., y por supuesto la porra que cada equipo tiene: “Misión: ser la estación de servicio preferida de la comunidad a al que servimos, creando lazos de confianza a través de la honrades, un servicio excepcional y personal orgulloso de su empresa; Visión; llevar nuestros beneficios a la mayor gente posible; Política: dar el mejor servicio en el mayor tiempo posible; ¿Por dónde? por el lado del conductor; ¿Con qué?, con una sonrisa. Y la porra de cada equipo, aquí un ejemplo, “Somos Rendichicas, somos las mejores, siempre triunfadoras, se ve, se siente, con fuerza y corazón daremos lo mejor”
A lo largo de mis viajes he visto cientos de conceptos en prácticamente todo el mundo. Pocos me han dejado este nivel de inspiración donde se demuestra que sí, se puede competir con calidad; sí se puede ganar con honestidad; y sí se puede transformar una industria con liderazgo femenino. Al final de la visita mi mensaje a todo el equipo operativo fue: Sigan llenando tanques, pero sobre todo sigan llenando de orgullo a México.
Espero que esta colaboración (número 94) sea de utilidad para ti y para tu negocio. Recuerda visitar mi canal de Youtube “FranchiseZar” donde encontrarás un gran acervo en temas de negocios, franquicias y emprendimiento. Escúchame en el canal de FB de LA FORMULA DE LA FRANQUICIA. ¿Interesado en adquirir una franquicia? Pregúntale a FranchiseZar® y #notedejessoprender. Se despide de ustedes su amigo el Zar de las Franquicias, nos vemos en la próxima.
