Pero cuando llega julio, muchas regresan a su programación habitual, como si la empatía tuviera fecha de caducidad. ¿Y la inclusión? Bien, gracias.
El problema no está en celebrar el Pride. El problema es pensar que con eso basta. El marketing no debería limitar su compromiso a un mes ni caer en la tentación de la estética sin ética. Porque una marca que solo alza la voz cuando es tendencia, corre el riesgo de perderla cuando más se necesita.
No se trata de visibilidad, se trata de convicción
Incluir no es una estrategia publicitaria: es una decisión profunda. Y hoy más que nunca, los consumidores y el talento detectan cuándo una marca es coherente y cuándo solo está cumpliendo con el calendario.
La diversidad no es un concepto aspiracional, es una realidad que merece espacio y voz. El verdadero reto está en sostenerla cuando incomoda, cuando cuestiona privilegios, cuando exige rediseñar procesos. En marketing, eso implica mirar quién protagoniza nuestras campañas, quién está en la sala de decisiones y quiénes siguen quedando fuera.
Y en marketing, ¿por dónde se empieza?
Por cuestionar, por escuchar y por rediseñar.
- Cuestionar si lo que comunico representa a todas las personas que forman parte de mi audiencia.
- Escuchar activamente a quienes históricamente han sido invisibles, dentro y fuera de la empresa.
- Rediseñar los procesos creativos, de contratación, de promoción, y hasta las métricas de éxito, para que reflejen un verdadero compromiso con la equidad y la pertenencia.
Del discurso al diseño
Hablando de cuestionar: el cambio empieza por dejar de ver la inclusión como una campaña y empezar a verla como un principio que guía desde el producto hasta la comunicación. No basta con usar un filtro inclusivo; hay que mirar con un lente crítico y comprometido.
- ¿Cómo elegimos a nuestros voceros y embajadores?
- ¿Nuestros mensajes reflejan la diversidad real de nuestras audiencias?
- ¿Estamos contratando, promoviendo y escuchando con criterio equitativo?
La coherencia es hoy uno de los activos más valorados por las audiencias. Y eso se gana no con posts, sino con prácticas constantes.
Una oportunidad para las marcas valientes
El marketing tiene un poder enorme: el de moldear imaginarios colectivos. Por eso, quienes trabajamos en esta industria debemos asumir la responsabilidad de no reforzar estereotipos ni excluir por omisión.
Las marcas que realmente lideran son aquellas que integran la inclusión en su ADN, no solo en su arte de campaña. Son las que entienden que el respeto no se programa en un calendario, sino que se cultiva todo el año.
El compromiso auténtico se nota en lo cotidiano: en los briefings, en los procesos de selección, en la manera de hablar y representar. No se trata de marcar una casilla, se trata de abrir puertas.
¿Y tú, qué eliges sostener?
En lugar de preguntarnos si debemos seguir hablando de inclusión, tal vez deberíamos cuestionarnos por qué dejaríamos de hacerlo. Porque el futuro del marketing no está solo en captar atención, sino en construir confianza. Y eso requiere más que colores: requiere coraje.
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Arturo Ortiz, CEO Birth Group
Y recuerda: buscar para encontrar y encontrar para seguir buscando.