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El mercado global de gafas inteligentes fue valorado en 6.8 mil millones de dólares en 2022.
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Se proyecta un crecimiento del 9.3 % anual hasta 2030, según Grand View Research.
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Más del 30 % de usuarios de wearables en 2024 buscan funciones basadas en IA, refiere Statista.
El uso de tecnología de punta llegó hasta los exámenes de ingreso en México. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) reportó el primer caso documentado de un aspirante que intentó burlar el proceso de admisión utilizando unas gafas inteligentes con IA y capacidades de grabación asistidas, aunque se rumora que puede tratarse de las nuevas gafas de Meta, no se ha confirmado oficialmente.
Según autoridades universitarias, el aspirante pretendía captar el contenido del examen mediante un dispositivo que simulaba unos lentes comunes, pero que en realidad tenían integrado un sistema de grabación con la finalidad de filtrar después el contenido de este examen
Es así que la universidad anunció que tomará acciones legales por considerar que se trata de una falta grave que vulnera la equidad del proceso y transgrede los lineamientos establecidos en la convocatoria.
⚠️🧠👓 Sorprenden a aspirante a la UMSNH con gafas inteligentes durante aplicación de examen; pretendía grabarlo. El secretario general, Javier Cervantes, informó que procederán legalmente contra el responsable
📹 Cortesía | UMSNH pic.twitter.com/qbA6Xrz2OW
— El Sol de Morelia (@soldemorelia) June 24, 2025
Este caso marca un precedente en el panorama educativo nacional, ya que el uso de herramientas impulsadas por IA para hacer trampa no sólo plantea desafíos técnicos para las universidades, sino también éticos y legales. Las instituciones deberán reforzar sus protocolos de revisión y adaptarse a un nuevo escenario donde la tecnología puede convertirse en aliada o amenaza.
Y es que, las instituciones educativas de todo el mundo han comenzado a enfrentar una nueva modalidad de fraude académico impulsada por tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y los dispositivos inteligentes. Lo que antes se limitaba al uso de papel escondido o señales entre alumnos, ahora incluye herramientas sofisticadas como gafas con cámara, relojes con conexión a internet y asistentes generativos capaces de resolver exámenes en segundos.
El uso de IA en contextos educativos ha crecido aceleradamente. Según datos de Turnitin, al menos el 11 % de las tareas escolares analizadas contenían un 20 % o más de contenido generado por inteligencia artificial, y un 3 % estaban compuestas en un 80 % o más por este tipo de herramientas. A esto se suma que más de la mitad de los estudiantes universitarios reconoce haber utilizado alguna forma de IA para completar tareas o pruebas, lo que plantea un debate urgente sobre los límites éticos y pedagógicos de estas tecnologías.
La expansión de estos dispositivos ha obligado a las universidades a replantear sus estrategias de evaluación y control. En paralelo, se han desarrollado sistemas de detección para intentar identificar textos generados por IA, aunque expertos han advertido que estas tecnologías aún presentan sesgos y pueden arrojar falsos positivos, especialmente entre estudiantes que no escriben en su lengua materna. Esto evidencia la complejidad del problema: mientras la tecnología avanza a gran velocidad, las reglas del juego en el ámbito académico aún se están escribiendo. Frente a este escenario, universidades, docentes y estudiantes deberán adaptarse y reflexionar no solo sobre cómo se evalúa el conocimiento, sino también sobre qué significa aprender en la era digital.
Cansado estoy de calificar trabajos de estudiantes universitarios hechos con Inteligencia Artificial. 0 para todo el mundo.
— Pepín (@pepin1226) November 4, 2024
El entusiasmo que generaron los chatbots inteligentes desde finales de 2022 marcó un punto de inflexión. ChatGPT, por ejemplo, fue uno de los primeros acercamientos tangibles para el consumidor promedio a las capacidades de la IA generativa. Sin embargo, según un estudio de Statista Consumer Insights, el uso constante todavía es limitado: solo 3 de cada 10 adultos en Estados Unidos afirmaron haber usado ChatGPT o Meta AI entre agosto de 2023 y agosto de 2024.
Más allá de probarlas por curiosidad, el uso habitual de estas herramientas aún se está consolidando. Solo un 20% de los encuestados estadounidenses dijo incorporar la IA de forma activa en su rutina diaria, cifra que se repite en países como Alemania, México y Reino Unido. No obstante, en economías emergentes como Brasil e India, el uso cotidiano alcanza el 33% y 41%, respectivamente, lo que sugiere un mayor grado de apropiación tecnológica.
Y aunque las cifras puedan parecer modestas, la realidad es que la IA está mucho más presente de lo que indican estas encuestas. Muchos sistemas operan con algoritmos de IA sin necesidad de que el usuario lo sepa: filtros de spam, diagnósticos médicos preliminares, motores de búsqueda personalizados y publicidad segmentada. La verdadera revolución no siempre tiene una interfaz llamativa, pero ya está moldeando la forma en la que vivimos, trabajamos y nos entretenemos.
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