Ahí es donde se encuentran la gestión del cambio y la comunicación del cambio, conceptos relacionados pero distintos dentro del alcance más amplio de la transformación organizacional.
Distingamos: la gestión del cambio se refiere al enfoque estructurado para hacer la transición de individuos, equipos y organizaciones desde su estado actual a un estado futuro deseado. Implica varios procesos, herramientas y técnicas para gestionar y guiar esta transición de forma eficaz. El enfoque principal de la gestión del cambio está en el lado humano del cambio, asegurando que los empleados comprendan, acepten y adopten las innovaciones que se están implementando.
Aquí es donde entra en juego la comunicación. La comunicación del cambio consiste en mantener a los empleados informados sobre los próximas cambios renovaciones, cómo estos cambios los afectarán personalmente y qué pasos deben tomar para adaptarse. Se trata de guiar suavemente a todos a través de la transición a nuevas circunstancias.
Sin embargo, permitamos que la gestión del cambio junto con la comunicación del cambio, hagan lo que les corresponde. Algunas organizaciones tienen la idea de que los profesionales de la comunicación también somos expertos en gestión del cambio. Muchos de nosotros no lo somos.
Una empresa líder mundial en gestión del cambio, lo reconoce: “La gestión del cambio es mucho más que comunicar lo que está cambiando, como la implementación de un sistema o una adquisición”. Hay todo un marco y una metodología ahí, y la comunicación es sólo una parte”.
La comunicación del cambio, es un subconjunto de la gestión del cambio y se centra específicamente en las estrategias y actividades de comunicación utilizadas para informar,
comprometer e involucrar a las partes interesadas durante todo el proceso de cambio. La comunicación eficaz es crucial para gestionar la resistencia, generar confianza y crear una comprensión compartida de los objetivos y beneficios de una transformación.
Participar proactivamente en el cambio es clave para el equipo de comunicación, especialmente la comunicación interna. Cuanto antes sepa qué está cambiando, cuándo y por qué, mejor se podrá guiar al resto de los empleados a través de ello. Dependiendo de cuál sea el cambio, es posible que también estés navegando por tu propia respuesta al mismo. Al priorizar primero tu propio bienestar mental, podrás atraer mejor a otros al viaje.
Y ¿cómo los profesionales de la comunicación podemos contribuir a guiar a los empleados ante los cambios? Estos son acciones básicas y prioritarias:
Transparencia. Las cosas tal como son, sin maquillajes ni interpretaciones. Sea honesto y transparente acerca de “cómo me afecta a mí” y el “por qué”.
Escuchar. Se deben de abordar las preocupaciones lo mejor posible. Asegurarse de que el liderazgo esté consciente y capacitar a los líderes sobre la forma en que deben de responder.
Apoyar. Preparar una lista de contactos clave y tener los recursos disponibles para aquellos que tengan preguntas o deseen obtener más información.
Comunicarse regularmente. Mantener una comunicación clara, concisa y coherente para evitar rumores y malinterpretaciones. Incluso es válido decir: “No tenemos una actualización en este momento”, lo que sigue siendo una actualización.
En resumen, si bien la gestión del cambio es un enfoque más amplio para procurar la metamorfosis en una organización, la comunicación del cambio se centra específicamente en las estrategias y actividades de comunicación que apoyan y facilitan ese proceso. Ambos son esenciales para la implementación exitosa del cambio, ya que la comunicación efectiva es un componente crítico para gestionar y facilitar la evolución en las empresas.
