āLas cosas tienen vida propia āpregonaba el gitano con Ć”spero acento–, todo es cuestión de despertarles el Ć”nimaā, extracto de uno de los diĆ”logos entre MelquĆades y JosĆ© Arcadio BuendĆa atraĆdo de los Cien AƱos de Soledad del maestro Gabriel GarcĆa MĆ”rquez. Una novela que, al transcurrir, vaĀ rozando la fantasĆa con lo maravilloso.
Describir lo que sucede en foros dedicados a temas de emprendimiento, espacios pretenciosos en los que las distintas miradas de los participantes intentan descubrir o al menos aclarar la ruta trazada por una idea, y configurar esta en un mapa que permita descifrar el propósito de lo que ahĆ se expresa. Alinear las actividades en las operaciones y dirigirlas a ese āĆŗnico destino posibleā.
SĆ, a esa ruta imaginada por quienes construyen los āslidesā de la presentación, conforme estos āclicksā en el ordenador hacen avanzar una lamina tras otra, vemos cómo se van configurando las ideas y en algunos casos las variables que infieren en la presentación; por ejemplo, nĆŗmero de socios, opiniones diversas en la cadena de operación, esto sumado al bagaje individual de los miembros del equipo va ocasionando una especie de divergencia que en la mayorĆa de los casos lejos de desdibujar el propósito nos va mostrando el verdadero ADN del emprendimiento.
El diĆ”logo del Gitano MelquĆades y el mayor de los BuendĆa en la narrativa Cien aƱos de soledad podrĆa ser similar a lo que sucede en las incubadoras de negocio.
En el parque de innovación tecniA de la universidad AnÔhuac, campus Mérida, sucede exacto esto en cada oportunidad que tenemos en el equipo de Mentores de este parque de innovación; escuchar y ser testigos de ideas de emprendimiento de todo tipo. En este sentido y desde nuestra trinchera vamos tratando de resaltar en las anotaciones lo que va definiendo a cada proyecto.
Una constante son los diferentes estilos para expresar el propósito de la organización, y sobre todo cuando esta contiene a dos o mÔs integrantes, se provoca una mayor exposición de la divergencia que mencionamos anteriormente.
La analogĆa, que de vez en vez se hace del Ć”nima con el alma de las cosas, es, en esencia, lo que se trata de descifrar en todo proyecto, esta esencia a la que se debe el emprendimiento ĀæquĆ© tanto se observa este criterio homogĆ©neo en nuestros equipos? ĀæQuĆ© tan dispuestos estamos a pasar este tamiz?
Un reto para los que dirigen o emprenden serĆ” lograr en quienes participan esa alineación de las operaciones y hacer que estas transiten en pos del propósito Ćŗnico que todo proyecto deberĆa tener en el extremo de la lente, asemejando el catalejo del Gitano MelquĆades en la ficción del pueblo de Macondo.
AtrevÔmonos a transparentar el alma de nuestra organización, quizÔs, al final, seamos solo un espejismo de esa parte esencial que despistamos sin querer a cada paso que se da.