- Por la invasión a Ucrania, centenares de empresas dejaron Rusia y otras no le venden sus productos ni brindan sus servicios.
- Rusia quiere sustituir las marcas de las multinacionales con las propias, pero eso lleva tiempo.
- La escasez eleva los precios y se advierten señales de recesión.
Desde marzo, a pocos días del comienzo del conflicto bélico en Ucrania, numerosas compañías multinacionales decidieron dejar de vender productos y servicios en Rusia.
La decisión tiene que ver con una represalia internacional por la invasión de las tropas del país de Vladimir Putin.
Poco a poco, centenares de empresas anunciaron medidas de distinta índole, pero la mayoría decidió, de alguna u otra forma, irse de Rusia.
Rusia se ha quedado sin restaurantes McDonalds, pero también sin elementos más importantes para la vida cotidiana de las personas, como las bolsas de aire para los automóviles nuevos y no tiene inodoros suficientes para abastecer la demanda del sector de la construcción.
Ah, y un detalle, por el booquo desde Hollywood y las plataformas de streaming, tampoco hay películas nuevas en los cines.
El Wall Street Journal dice que una de las pocas películas de Hollywood en los cines es un éxito de hace casi una década: “El lobo de Wall Street”.
Bloqueo a Rusia: problemas de seguridad
Ante esta situación, Moscú ha relajado los controles (ahora permite vender autos nuevos sin airbags) y, al mismo tiempo, aumentan los precios por la escasez.
Las empresas y los consumidores están pagando hasta siete veces más por productos escasos, como algunas piezas para reparar automóviles.
El mismo medio asegura que en las tiendas se están agotando los stocks de inodoros y grifos, y los precios están por las nubes.
Los economistas dicen que Rusia entrará en una profunda recesión a finales de 2022, y que, por ahora, Moscú resiste por sus ingresos por la venta de petróleo y gas a precios elevados.
Según los expertos, si bien Putin está tratando de morigerar el impacto, no podrá revertir la situación y será inevitable una desaceleración económica, reducción en el gasto de los consumidores y un empeoramiento general de la mayoría de los indicadores económicos.
Como estrategia, el gobierno ruso ha redoblado su política de sustitución de importaciones, que apunta a reemplazar bienes extranjeros por nacionales, pero eso lleva mucho tiempo.
Los analistas del Banco Central Ruso advierten que habrá un período de industrialización inversa, lo que supone un crecimiento económico basado en tecnología menos sofisticada.
Las grandes marcas, con otros nombres
Por otra parte, las grandes marcas se están sustituyendo con otras locales.
Por ejemplo, CoolCola, Fancy y Street reemplazan a Coca-Cola, Fanta y Sprite, respectivamente.
En paralelo, las aerolíneas han tenido que reducir sus flotas por falta de repuestos.
Pobeda Airlines, la subsidiaria low cost de la aerolínea de bandera rusa Aeroflot Russian Airlines PJSC, ha reducido el número de Boeing 737-800 que vuela de 41 a 25 para que su stock de repuestos pueda durar hasta que pueda hallar nuevos canales de suministro.
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