Los segmentos de los mercados son cada vez más variados y abren oportunidades para las marcas. Ya hay quien voltea a ver a uno muy interesante: a los “Niños Adultos”.
Todo lo queremos de manera inmediata. Consumo rápido, satisfacción inmediata. Y a lo que sigue. Y empezamos de nuevo.
Si con esta fórmula nacimos como marca, con esta nos quedamos para siempre. Esa idea romántica en las empresas tal vez provoque que no sigamos en el juego.
Nuestro papel como profesionales en el mundo de la mercadotecnia va más allá de productos o servicios. Generar conciencia social, en buenos tiempos o de crisis, debe ser uno de nuestros objetivos a cumplir.
Si se está usando la tecnología para invadir la vida privada de las personas, urge una reacción regulatoria y, sobre todo, de conciencia ética en los tomadores de decisión en las empresas.
El exceso de marcas frente a los consumidores puede provocar más rechazo que conocimiento de los productos anunciados. Hay que saber cuando parar un poco.
Todo sea por ganarse la preferencia del consumidor. Pero si prometes beneficios o características de manera exagerada y tu producto no cumple las expectativas, estas en serios problemas.
Lo que seguro va a pasar en el Super Bowl. Aunque en el partido puedan ganar los
49ers o los Chiefs, mi apuesta va para una rubia cantante de pop.
No hace falta una bola de cristal o contratar a un vidente para que nos diga lo que viene para el 2024 y sus efectos en el mundo de la mercadotecnia y la publicidad. Tan solo demos una vista a los noticieros y asomemos la cabeza por la ventana.
Si ya hemos tenido una sobresaturación en la comunicación publicitaria, ahora en el 2024 se sumará un “tsunami” imparable de mensajes propagandísticos. Pónganse los cinturones.
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