
- 73% de los trabajadores declara que una alimentación saludable influiría en su rendimiento laboral.
- 61% admite que “a veces” o “casi siempre” omite el almuerzo debido a la carga laboral.
- 57% de los encuestados dice que no recibe ningún beneficio de alimentación por parte de su empleador.
La relación entre alimentación, salud y productividad va más allá de buenas intenciones. Un reciente estudio de Edenred Chile llamado “Radiografía al Almuerzo de los trabajadores en Chile” muestra que aunque casi tres cuartas partes de los trabajadores reconocen que comer bien repercute en su desempeño, una cantidad importante se queda sin almorzar por obligaciones laborales.
El estudio de Edenred fue presentado en el webinar “Más que un almuerzo: La relación invisible entre alimentación y desempeño”, que tuvo la participación de especialistas en temas de nutrición, salud y políticas públicas de Chile.
Desfase entre conciencia y práctica
El estudio entrevistó a más de 700 trabajadores. De ellos, 73% aseguró que una dieta saludable mejoraría su eficiencia en el empleo. Sin embargo, un 61% dijo que “a veces” o “casi siempre” omite el almuerzo por la presión del trabajo.
Esa brecha entre lo que se sabe y lo que se hace revela una tensión en los horarios y responsabilidades dentro de las empresas.
Otro dato relevante: 57% de los participantes indicó que no recibe ningún tipo de apoyo para su alimentación, como tarjeta de comida, subsidio o accesos a casino o comedor.
De los que sí lo tienen, los beneficios varían entre opciones físicas (casino), formas monetarias o tarjetas prepagadas.
Barreras que impiden comer bien durante la jornada
Las razones que apuntan los trabajadores son varias, y todas muestran que no basta con querer cambiar los hábitos: es necesario que la empresa lo haga posible.
- 48% señala que el alto costo de los alimentos es la principal barrera para elegir comidas más saludables.
- 33% dice que la falta de tiempo para almorzar adecuadamente es lo que más le impide hacerlo.
- 16% considera que no hay suficientes opciones saludables cercanas a su lugar de trabajo.
Estas dificultades se combinan con jornadas intensas, cultura laboral que no prioriza pausas, y entornos donde no siempre hay alternativas accesibles ni saludables. Las consecuencias no son sólo personales: afectan al desempeño, compromiso y clima laboral.
Qué pueden hacer las empresas para mejorar
Implementar un programa centrado en alimentación no es solo una medida de bienestar, sino una inversión que puede rendir retorno en productividad, retención de talento y reducción de ausentismo.
Algunas ideas prácticas:
- Ofrecer variedad de alimentos saludables en cafeterías internas o mediante alianzas con proveedores externos.
- Flexibilizar horarios para que las pausas de comida sean reales y no solo simbólicas;
- Otorgar beneficios de alimentación (tarjeta, subsidio, ticket) para que los trabajadores tengan opción de elegir.
- Hacer campañas de concientización junto con capacitación básica para que los empleados conozcan qué comer de forma equilibrada sin que sea oneroso.
Cuando estas estrategias se integran en la cultura de la organización, los efectos pueden sentirse en el ambiente de trabajo y en la percepción de la empresa hacia sus colaboradores.
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