Suscríbete a Merca2.0. Haz clic aquí

manuel alonso
Manuel Alonso

A propósito del propósito en la era de la desconfianza

Durante gran parte del siglo XX, el propósito empresarial se entendía en términos estrictamente económicos: generar utilidades, crecer en participación de mercado y garantizar la rentabilidad para los accionistas.

La lógica predominante respondía a la noción de que el valor de una organización se medía en su capacidad de producir, emplear y contribuir al desarrollo económico. Si bien esas metas eran en sí mismas un propósito, no se articulaban explícitamente en el discurso corporativo ni se vinculaban con dimensiones sociales o ambientales.

El concepto de propósito ha cobrado relevancia porque responde a una transformación cultural. En un entorno de desconfianza hacia gobiernos e instituciones, la ciudadanía espera que las marcas asuman un rol activo en temas sociales, ambientales y éticos. La transparencia, la coherencia y la responsabilidad se han convertido en condiciones básicas para construir confianza. Una empresa que no articula un propósito claro corre el riesgo de ser vista como oportunista o desconectada de la realidad.

Además, la competencia global y la abundancia de opciones han hecho que el propósito sea un elemento de diferenciación. Un producto puede ser fácilmente replicable, pero un propósito auténtico conecta emocionalmente y fideliza a consumidores y empleados. Las marcas que logran inspirar a través de su misión trascienden la relación transaccional y se convierten en referentes culturales.

Ejemplos de empresas que defienden causas ambientales, de inclusión o de bienestar muestran cómo el propósito puede ser un motor de crecimiento.

Desde la perspectiva del marketing, esta evolución puede interpretarse como una transición paradigmática: del marketing orientado al producto (qué se ofrece), al marketing centrado en el consumidor (qué necesita), y finalmente al martketin con propósitocon por qué existimos y qué aportamos a la sociedad). En esta línea, Kotler, Hessekiel y Lee (2012) desarrollaron el concepto de Marketing 3.0, en el que las empresas dejan de enfocarse únicamente en consumidores como entes racionales, para verlos como seres integrales con aspiraciones sociales y espirituales. Así, el propósito no es un discurso accesorio, sino un componente central de la estrategia de comunicación y posicionamiento.

En síntesis, hablar hoy de empresas con propósito no implica que las organizaciones del pasado carecieran de uno, sino que este era implícito y limitado a la dimensión dell negocio. El propósito contemporáneo, en contraste, debe ser explícito, verificable y alineado con expectativas sociales, integrando valores éticos y de sostenibilidad.

Se trata de un cambio estructural que trasciende la retórica corporativa, pues se inserta en la estrategia, la cultura y la gestión de la reputación. En este sentido, el propósito se convierte en un principio rector que asegura legitimidad, competitividad y sostenibilidad en el largo plazo.

 

 

Suscríbete al contenido premium de Merca2.0

De Madrid a la Ciudad de México, la fuente más confiable de estrategias de mercadotecnia a nivel global. Una mirada a las estrategias de las grandes marcas y las tendencias del consumidor.

Más de 150,000 mercadólogos inscritos en nuestros boletín de noticias diarias.

Premium

Populares

Únete a más de 150,000 lectores

Regístrate a nuestro newsletter en la siguiente forma y recibe a primera hora las noticias más importantes de mercadotecnia, publicidad y medios en tu correo.

Más de Merca2.0

Artículos relacionados

You don't have credit card details available. You will be redirected to update payment method page. Click OK to continue.

Revista Merca2.0
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.