YouTube elimina miles de videos por día porque la música incumple con las políticas de copyright. Lo hace con herramientas como Content ID y Copyright Match. Lo mismo realiza Facebook y, desde el año pasado, ante la presión de las discográficas, la joven plataforma de videos en vivo Twitch.
Los videos pueden durar horas, pero si en al menos 5 segundos aparece un fragmento de una canción con derechos de autor, el sistema lo detecta y lo da de baja, incluso con sanciones para los usuarios reincidentes.
Estas estadísticas despertaron el interés menos pensado: la policía de Oakland, California, en los Estados Unidos.
Así es, las fuerzas de seguridad de esa ciudad pasan música a alto volumen en los operativos que involucran protestas.
La idea es tan creativa como reprochable: que los videos que los manifestantes filmen del accionar policial, no se vuelvan virales en YouTube o Facebook.
El razonamiento es simple: filmen todo lo que quieran, YouTube se los dará de baja en minutos.
Generazón Z y manifestaciones
Grabar a la policía es arriesgado, pero se ha convertido en la norma para la Generación Z. El tiempo real y los smartphones lo han permitido.
La estrategia en Oakland fue denunciada por Anti Police-Terror Project (APTP), una organización comunitaria que mostró en vivo cómo el ayudante del alguacil del condado de Alameda, David Shelby, sacó su teléfono y comenzó a reproducir “Blank Space” de Taylor Swift, durante un operativo de protesta.
El oficial admite abiertamente en el video que sabe que con esa canción “no se puede publicar en YouTube”.
Según publica Mashable, James Burch, director de políticas de APTP, pregunta en el video:
–¿Estás poniendo música para ahogar la conversación?
–Puedes grabar todo lo que quieras, sé que no se puede publicar en YouTube.
En el video, cuando le preguntan si era una orden de la oficina policial local o sólo se trata de un fan de Taylor Swift, el policía dice: “Sólo estoy escuchando música para que no puedas publicar el video en YouTube”.
YouTube y una derivación inesperada
Evidentemente, esta es una derivación que no ha sido prevista por YouTube. ¿Quién podría imaginarse que las políticas de copyright limitarían la posibilidad de viralizar abusos policiales en protestas callejeras?
Los videos en los operativos policiales son una herramienta clave de protección para los civiles, muy especialmente en los Estados Unidos.
Basta recordar que la grabación de Darnella Frazier de la muerte de George Floyd fue una prueba crucial para condenar a Derek Chauvin por asesinato.
La justicia de Minnesota reconoció en el juicio que el video fue una prueba “indispensable” y dijeron que habría dudas de lo ocurrido sin esa prueba.
Grabar a la policía se ha convertido en la norma en la última década, y siempre los agentes tratan de evitar ser filmados.
Si bien filmar a la policía es legal siempre que esto no interfiera con su actividad, este argumento es muy amplio y se presta a confusión.
Sigue siendo habitual que policías en todo el mundo les exijan a las personas que los filman que eliminen los videos, incluso han llegado a romper o confiscar teléfonos y cámaras sin orden judicial.