Por Osaar Rojas
Twitter: @Amenazza
Hace algunos días, realizaba una reservación en línea para un viaje que tengo en puerta y me detuve a pensar cuando leía algunas de las reseñas de los usuarios –algunas de ellas muy buenas para ser verdad-. De acuerdo con IAB México, en su más reciente “Estudio de consumo de medios digitales entre internautas mexicanos”, de 2010 a 2011 incrementó 27% el número de personas que escribieron sobre una marca o servicio y 57% leyó una reseña sobre una marca o servicio.
Me pregunto si las marcas están aprovechando esto a su favor: si tu empresa o marca tiene presencia en redes sociales, ¿monitoreas las reseñas de los usuarios? ¿Dónde y cómo buscas estas reseñas? ¿Te estás asegurando que los comentarios de los usuarios hacen sentido o si se trata de ataques sembrados por tus competidores? (o detractores que no tienen mejor cosa que hacer).
Me pregunto también ¿cuántas marcas no estarán sembrando comentarios a su favor? No abro esta pregunta a ustedes, queridos lectores, porque seguramente si alguien lo hace, no sería lo suficientemente osado para contármelo (justo como hacen aquellos que manejan las redes sociales de los candidatos que hoy tenemos o los que venden y compran followers fake porque lo único que les interesa es el numerito).
Pero más allá del empantanado mundillo político, en el mundo del marketing digital día a día crece la persuasión entre los usuarios de las redes sociales para decidir a favor o en contra de alguna marca. ¿Qué tan conscientes somos sobre la falsedad de estas reseñas? ¿Qué tanto hablamos de ello?
De acuerdo con un reporte realizado en 2008 por Opinion Research, “el 25% de los usuarios es consciente de que muchas de las revisiones son falsos escritos realizados por amigos, por personal de las empresas, gente de ventas y aun así lo pasaban por alto”. Aquí me detengo y te pregunto: ¿alguna vez te has detenido a pensar si la reseña que leíste es verdadera? ¿Qué pasó después? ¿Hiciste algo al respecto?
Que siga la conversación…