Por Camila González
Twitter:@GFCam
Hoy les comparto una enorme polémica mercadológica que se ha desatado en mi país de origen, Colombia (y digo de origen porque tengo uno de adopción, México). Nos informaron días atrás que Starbucks va a instalar sus tiendas en Colombia el año que viene, y esa noticia, en un país cafetero como el nuestro ha removido la vena nacional y ha sacado a flote esa identidad de país que a veces se esconde.
Grupos de Facebook, manifestaciones, grupos en contra y conversaciones por doquier se niegan a aceptar la instalación de la multinacional del café en nuestras esquinas. Nosotros tenemos a Juan Valdez, una emblemática marca nacional de café, cuya imagen es el campesino cafetero y su burro, un símbolo que ha recorrido fronteras con nuestro producto insigne. Hay 173 tiendas de Valdez en Colombia y 63 en el exterior, y el año que viene se espera llegar a sumar 250.
Que nos vienen a vender un pésimo café, y bien caro, que nos invaden, que nos quieren conquistar con sus pasteles “agringados”, esos son el tipo de cosas que se oyen. Sin embargo, Starbucks, que está en 62 países, se ha comprometido por primera vez con un país latinoamericano a vender solamente café colombiano molido y tostado en casa, es decir comprarnos para luego vendernos las tazas de café y el acceso a Internet –su nada insignificante valor agregado-. Pero, no hay que olvidar, como dicen muchos otros, que la gran empresa de la sirena verde tiene como uno de sus principales proveedores a nuestro país.
Bueno, miles siguen indignados buscando la forma de crear conciencia para que a “nadie” desde su colombianidad se le ocurra siquiera pisar alguna de las nuevas cafeterías…
¿Qué les hará pensar que van a tener éxito en Colombia? ¿Qué opinan ustedes?