En los últimos cinco años, el consumidor mexicano ha dejado de ser un visitante impulsivo en tiendas físicas para convertirse en un comprador estratégico, analítico y altamente conectado. Esta evolución responde a una serie de factores que van desde la presión inflacionaria, la aceleración digital y los retos económicos globales, hasta la necesidad emocional de mantener el contacto humano en la experiencia de compra.
Según el estudio “Comportamiento del Consumidor Mexicano en PDV 2025”, elaborado por el Departamento de Investigación de Merca2.0, el 66.38 por ciento de los encuestados afirma acudir al punto de venta (PDV) al menos una vez por semana, mientras que un 7.41 por ciento lo hace diariamente.
Nuevo perfil del consumidor

Este nuevo perfil ha sido definido por expertas como Valeria Zúñiga, Directora de Operaciones de Grupo Prom, como un consumidor “informado y conectado”. Es decir, alguien que navega entre la conveniencia del mundo digital y el anclaje emocional del espacio físico. Zúñiga advirtió que la omnicanalidad no es una fórmula universal, ya que no todas las generaciones ni todos los retailers responden igual a estas dinámicas híbridas.
El proceso de compra hoy está más influido por variables como la presentación del producto, la atención recibida y la experiencia en tienda, que por la simple búsqueda del precio más bajo. Durante momentos de crisis, factores como el tamaño del empaque o la disponibilidad se vuelven más relevantes.
“Presentaciones versus precio determinan la compra en momentos de crisis, dado que los retailers y los CPG’s crean acciones en conjunto para tener la disponibilidad que demanda el consumidor, y van ajustando de acuerdo con sus necesidades”, señaló.
En ese sentido, la exhibición en tienda también juega un papel determinante. Desde la correcta señalización hasta la iluminación o el layout, cada detalle puede impactar la decisión de compra. Un precio mal colocado o un producto desordenado puede frustrar al shopper, generando una experiencia negativa que trasciende más allá de una visita fallida.
Por su parte, Ángeles Fernández Ponce, directora de In-store Execution en BLN Brands, subrayó que el consumidor mexicano actual es “más estratégico, selectivo y exigente”. Ya no se conforma con encontrar el producto: desea validarlo, probarlo y sentirse seguro al adquirirlo.