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Los taxis autónomos funcionan mediante una combinación de IA, sensores LIDAR, cámaras, radares y GPS para operar sin intervención humana.
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Los taxis se están innovando con la llegada de la tecnología.
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Tesla y BYD figuran como las empresas más influyentes del sector automotriz en el mundo.
Un usuario activo en la red social X, conocido como Sawyer Merritt, ha puesto a prueba la tecnología de los robotaxis de Tesla con una experiencia única: realizó 20 viajes consecutivos en apenas 36 horas, cubriendo una distancia total de 148 kilómetros y pagando solo 84 dólares (aproximadamente 72 euros). Durante todo este trayecto, el usuario no reportó ninguna intervención humana ni problemas graves de seguridad, lo que resalta la madurez y estabilidad del sistema de conducción autónoma de la compañía.
El internauta calificó cada viaje como “suave y cómodo”, y destacó la facilidad de uso de la aplicación Robotaxi. Según Merritt, esta plataforma permite personalizar con precisión el punto de recogida y la llegada dentro de un área delimitada, lo que mejora la experiencia del usuario y facilita desplazamientos exactos y confiables.
That’s a wrap! In the last 36 hours, I’ve taken a total of 20 @Tesla Robotaxi rides and traveled 92 miles. No interventions, no critical safety issues. All my rides were smooth and comfortable.
Thank you, Tesla, for letting me be a part of this experience—and congrats to the… pic.twitter.com/VNpSUVMuz6
— Sawyer Merritt (@SawyerMerritt) June 24, 2025
En sus palabras, esta prueba marca el inicio de una nueva etapa en la movilidad urbana, y agradeció a Tesla por darle la oportunidad de formar parte de esta revolución tecnológica. El respaldo de Elon Musk a esta experiencia reafirma la confianza de la empresa en la capacidad de sus vehículos autónomos para operar de manera segura y eficiente en entornos reales.
Este ensayo de uso intensivo no solo demuestra el potencial comercial de los robotaxis, sino que también confirma que la conducción autónoma de Tesla avanza hacia una adopción más amplia, con un sistema capaz de manejar múltiples viajes consecutivos sin contratiempos críticos.
Con un asistente humano a bordo solo como respaldo, pero sin controles visibles, esta nueva propuesta redefine lo que entendemos por transporte público y experiencia digital. El coche ya no se compra: se vive.
Y es que, la conducción autónoma se ha convertido en una de las tendencias más prometedoras dentro del panorama tecnológico actual, especialmente en el sector de la movilidad urbana. A medida que las ciudades enfrentan desafíos relacionados con el tráfico, la contaminación y la eficiencia del transporte, los vehículos autónomos y en particular los robotaxis emergen como una respuesta potencial a estos problemas, combinando innovación, conveniencia y sostenibilidad.
De acuerdo con datos de Allied Market Research, el mercado global de robotaxis fue valorado en aproximadamente 1.7 mil millones de dólares en 2022 y se proyecta que alcanzará los 118.6 mil millones para 2031, impulsado por un crecimiento anual compuesto superior al 74%. Este interés creciente no solo refleja el desarrollo tecnológico, sino también una transformación cultural: los consumidores ya no buscan únicamente trasladarse de un punto A a un punto B, sino vivir una experiencia eficiente, accesible y futurista.
El modelo de negocio detrás de los robotaxis se apoya, en gran parte, en la promesa de reducir drásticamente los costos de movilidad. Por ejemplo, Tesla ha señalado que su servicio podría ofrecer viajes desde tan solo 4 euros, una tarifa que pone la experiencia de la conducción autónoma al alcance de muchas más personas. Otras compañías como Waymo y Cruise ya operan servicios similares en ciudades de Estados Unidos.
Según un informe de McKinsey & Company, para el año 2030 podría haber hasta 2.5 millones de robotaxis operando a nivel mundial, con especial concentración en Estados Unidos, Europa y China. Esta adopción masiva, señalan los analistas, podría generar más de 1.2 billones de dólares en ingresos globales, gracias a un modelo altamente rentable con márgenes de beneficio superiores al 80%, especialmente en rutas urbanas densas.
Este cambio no solo está impulsado por los avances en inteligencia artificial y sensores, sino también por una clara apuesta empresarial por reducir los costos de hardware. Goldman Sachs estima que el precio promedio de producción de un vehículo autónomo caerá de 120 mil dólares en 2023 a menos de 50 mil en 2030, facilitando la expansión de este tipo de flotas.
En resumen, la conducción autónoma ya no es una visión futurista, sino una tendencia en plena aceleración que combina la lógica económica de los bajos costos, el atractivo de la innovación tecnológica y la promesa de una movilidad más limpia y eficiente. Y todo indica que, en los próximos años, subirse a un auto sin conductor será tan cotidiano y tan barato como pedir un café.
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