En un mercado de snacks cada vez más saturado y sensible al precio, Truffino, junto con sus marcas Lady Baltimore y Coskitas, apuesta por la innovación como camino para mantenerse relevante sin renunciar a su legado. Con casi un siglo de historia, estas marcas buscan hoy diferenciarse a través de un elemento que, aunque discreto, resulta decisivo para el consumidor: el empaque.
De acuerdo con Carmen del Haber, gerente de Ventas de Truffino y Galería del Chocolate, la renovación de empaques no es una moda pasajera, sino una respuesta a la necesidad de destacarse en anaqueles donde la decisión de compra se define, muchas veces, por la apariencia y no solo por el sabor. “Nos enfrentamos a un mercado saturado y altamente competitivo, donde los precios muchas veces distorsionan la percepción del consumidor sobre la calidad real del producto. Ahí es donde entra el empaque como un diferenciador clave: debe comunicar valor, emoción y promesa desde el primer vistazo”, explicó.
Para 2026, Truffino proyecta una renovación integral de todos sus empaques de snacks. Esta estrategia incluye desde cajas premium de chocolate hasta envoltorios de productos más accesibles, buscando siempre transmitir una promesa de calidad que justifique la compra frente a opciones más baratas.
De la proveeduría a la creatividad internacional
La apuesta de la compañía va más allá de lo estético. Josseline Musich, Driver de Truffino y Galería del Chocolate, detalló que el empaque sigue siendo el principal punto de contacto con el cliente, por lo que se ha optimizado la cadena de proveeduría para garantizar materiales de alta calidad y acabados que compitan a nivel internacional.
En este contexto, la compañía destaca la labor de su equipo de diseño, el cual se mantiene en constante actualización a través de capacitaciones especializadas y participaciones en exposiciones internacionales. Gracias a esta preparación continua, logran incorporar tendencias globales que elevan cada detalle de sus empaques, transformándolos en piezas que no sólo cumplen una función protectora, sino que enriquecen la experiencia de regalar. Cada caja, envoltura o lata se convierte así en un vehículo para transmitir emociones y crear recuerdos.
Por otro lado, la apuesta por la innovación también se refleja en su portafolio de sabores. La incorporación de enjambres, combinaciones poco convencionales y productos con notas exóticas responde directamente a una demanda creciente de los consumidores, quienes hoy buscan experiencias sensoriales únicas y atrevidas. Esta tendencia impulsa a la marca a explorar contrastes inesperados y fusiones creativas, consolidándola como una referencia dentro de la confitería que se reinventa constantemente para sorprender al paladar más curioso.
“Por ejemplo, enjambres de pistache, chocolates rellenos de chamoy, o mangos enchilados cubiertos de chocolate. Este tipo de desarrollos no solo generan conversación, también impulsan la rotación en tienda”, destacó del Haber.
Otro pilar estratégico son las licencias. Truffino ha fortalecido alianzas con marcas de alto impacto como ICEE, Pusheen y Disney. La colaboración con Disney representa un motor clave para la innovación. Esta alianza implica cumplir estrictos lineamientos nutricionales y de etiquetado, como la prohibición de sellos de advertencia, lo que reta a la empresa a reformular recetas y elevar estándares sin sacrificar sabor.
Lejos de ser un obstáculo, estas regulaciones han impulsado a Truffino a ser más creativos y técnicamente precisos. Por ejemplo, para Disney desarrollaron una fórmula exclusiva de cocoa que cumple con todos los requisitos regulatorios, explicó Musich. Además, contar con otras licencias en general permite a la marca mantener versatilidad en su portafolio y explorar propuestas frescas para distintos públicos.
Un legado que evoluciona
En un entorno donde los snacks y chocolates se ven sometidos a estándares de conservación y presentación cada vez más exigentes, Truffino defiende una ventaja competitiva clave: su calidad y sabor. “Tenemos casi 100 años de historia y un equipo que entiende que regalar chocolate es una experiencia emocional, no solo un bonito empaque. La clave está en fusionar sabor y diseño para crear algo verdaderamente memorable”, concluyó del Haber.
Con estas apuestas, Truffino reafirma que la tradición no está reñida con la innovación y que, en la categoría de snacks, el empaque es mucho más que una caja: es una promesa de valor para un consumidor cada vez más informado y exigente.