En un país donde la movilidad urbana es una carrera de obstáculos diarios, la llegada de un auto eléctrico nacional como Olinia parecía tener el camino despejado para ser la gran promesa de innovación, inclusión y sustentabilidad. Sin embargo, aún sin mostrar su diseño final ni salir a la venta, Olinia ya tiene un rival que no sólo lo supera en inmediatez, sino que también lo reta en precio y en especificaciones básicas: el Kiwo E5, un vehículo eléctrico de origen indio que ya se vende en Waldo’s… sí, la tienda de precios bajos.
El Olinia: orgullo nacional sobre ruedas
Presentado oficialmente a nivel conceptual por la presidenta Claudia Sheinbaum el pasado 13 de agosto, Olinia es un proyecto mexicano que busca revolucionar la movilidad urbana desde la raíz: con un enfoque en barrios, colonias, pequeños comerciantes y repartidores. Su logo, una liebre tipo alebrije inspirada en la cosmovisión mexicana, representa velocidad, inteligencia y el vuelo hacia la innovación.
Tres modelos están previstos: uno compacto para uso personal, un mototaxi para movilidad barrial y un vehículo de carga para entregas de última milla. Su promesa más llamativa es el precio: entre 90 mil y 150 mil pesos, dependiendo de la versión.
Eso sí, Olinia todavía está en fase de desarrollo. El diseño final se presentará hasta septiembre de 2025, la flotilla piloto saldrá a las calles en junio de 2026 y la producción en serie apenas iniciará poco antes del Mundial de Fútbol de ese mismo año. Es decir, si alguien lo quiere usar para ir al súper, tendrá que esperar casi un par de años.
Mientras tanto, Waldos ya lo hizo: vende un auto eléctrico desde 75 mil pesos. Y lo entrega en la puerta de tu casa.
Kiwo E5: el “carrito” que llegó primero (y más barato)
El Kiwo E5 es pequeño, rojo, eléctrico y está listo para rodar. Se trata de un vehículo fabricado en India y comercializado en México por Waldos, una cadena más conocida por sus descuentos en calcetines y artículos escolares que por vender automóviles.
Pero el Kiwo no es un juguete. Tiene capacidad para cuatro personas —un conductor y tres pasajeros—, cuenta con luces LED, radio, Bluetooth, lector USB, limpiaparabrisas, bocina de reversa, direccionales y hasta luces de niebla. Su velocidad máxima es de 45 a 50 kilómetros por hora, y puede subir pendientes de hasta 35 grados. Se recarga en 5 a 7 horas y tiene una batería de 60V y 60Ah, con motor de 1200W.
Eso sí, la propia tienda advierte que no es apto para avenidas principales ni trayectos largos. Es un vehículo pensado para traslados cortos dentro de barrios o colonias —justamente el mismo segmento donde Olinia quiere posicionarse.
Y todo esto por alrededor de 75 mil pesos. En otras palabras: el Kiwo E5 cuesta menos que el modelo más barato de Olinia, llegará antes, y ya está cumpliendo funciones prácticas en hogares y negocios.
Diseño nacional vs. soluciones inmediatas, así promete ser Olinia
A simple vista, el Olinia apuesta por una visión de movilidad mucho más robusta: estará adaptado a las condiciones de las calles mexicanas, podrá recargarse en enchufes domésticos, soportará subidas complicadas y, además, promete tener un costo de operación menor incluso que el de una motocicleta. Es un auto con ingeniería nacional, con participación de instituciones como la UNAM, el IPN y el TecNM, y con una narrativa de identidad cultural profundamente mexicana.
Pero el Kiwo, aunque menos ambicioso, ya está resolviendo problemas. ¿No se puede usar en avenidas rápidas? Cierto. ¿Es limitado en autonomía? También. Pero muchos de los usuarios a los que apunta Olinia —repartidores, amas de casa, pequeños comerciantes, estudiantes— probablemente vean en el Kiwo una opción más concreta, más barata y, sobre todo, más inmediata.
¿Quién ganará la carrera?
Olinia no ha arrancado y ya tiene competencia real sobre el asfalto. Aunque representa un esfuerzo loable y ambicioso por posicionar a México como líder en movilidad eléctrica, deberá superar no solo sus propios retos técnicos, logísticos y financieros, sino también una realidad contundente: hay consumidores que no pueden —o no quieren— esperar dos años ni pagar 20 o 30 mil pesos más por un vehículo.
El dilema será, entonces, si la apuesta por lo hecho en México, con visión cultural, sustentabilidad y diseño colaborativo, logra convencer a una población urgida de soluciones ya. Mientras Olinia calienta motores, Waldos ya vende autos eléctricos… con envío gratis.