
- Tesla aprobó la entrega de 96 millones de acciones por un valor estimado de 29 mil millones de dólares, condicionadas a que Musk permanezca como ejecutivo hasta 2027.
- La lealtad de clientes de Tesla cayó de 73% en junio de 2024 a 49% en marzo de 2025, tras el apoyo público de Musk a Donald Trump.
- Las acciones de Tesla subieron 2% en las operaciones fuera de jornada, luego del anuncio del nuevo paquete accionario.
Tesla atraviesa un momento de cambio profundo. La compañía que revolucionó el mercado con autos eléctricos ahora quiere ir más allá: su mira está puesta en la robótica y la inteligencia artificial. En este nuevo escenario, Elon Musk se vuelve más que un director ejecutivo: es el rostro y motor del futuro de la marca.
El plan salarial anterior de Musk, aprobado en 2024 y valorado en más de 50 mil millones de dólares, fue anulado por una corte en Delaware por problemas en el proceso de aprobación. Esto abrió la puerta a un nuevo acuerdo que busca lo mismo: mantener a Musk al frente mientras Tesla redefine su rumbo.
Un paquete millonario para asegurar su permanencia
Este lunes, la junta directiva de Tesla aprobó lo que llamaron “CEO Interim Award”: 96 millones de acciones, con un valor aproximado de 29 mil millones de dólares. No se trata de un regalo inmediato. Musk solo podrá quedarse con ellas si sigue como director ejecutivo hasta agosto de 2027, y además no podrá venderlas antes de 2030.
El comité especial que tomó la decisión estuvo formado por Robyn Denholm y Kathleen Wilson‑Thompson. Ni Musk ni su hermano participaron en la votación para garantizar cierta independencia. En la carta enviada a los accionistas, Tesla fue directa: retener a Elon es más valioso que cualquier preocupación financiera inmediata, destacando su visión y capacidad para liderar proyectos de alta complejidad.
Por qué Tesla apuesta todo a Musk
El nuevo paquete se entiende mejor si se observa el contexto actual. Durante 2025, las acciones de Tesla cayeron 25%, presionadas por la competencia de marcas tradicionales que aceleraron en el mercado eléctrico.
Al mismo tiempo, la fidelidad de los clientes se desplomó hasta 49%, en parte por la fuerte exposición política de Musk, que dividió opiniones y afectó la imagen de la marca.
A esto se suma que la compañía necesita estabilidad para avanzar en áreas como vehículos autónomos, robots humanoides y software de inteligencia artificial. Perder a Musk en medio de esa transformación podría costar mucho más que cualquier paquete de acciones.
Un acuerdo pensado para el largo plazo
El plan mantiene condiciones similares al anterior: un precio por acción de 23.34 dólares y la obligación de conservarlas por años (hasta el 2030). Esto asegura que Musk tenga un interés directo en el valor futuro de la empresa y que sus decisiones estén alineadas con la estrategia de largo plazo.
Para Tesla, la prioridad es evolucionar de fabricante de autos eléctricos a un referente en IA y robótica. Para los profesionales del marketing y la publicidad, esta historia muestra cómo la imagen pública de un CEO puede afectar la percepción de marca y la fidelidad de los consumidores, incluso en compañías icónicas.
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