De vez en cuando, la publicidad se mezcla con el arte y el resultado es un hÃbrido difÃcil de definir. A lo largo de la historia los publicistas han acudido a pintores, arquitectos o directores de cine para que plasmen su visión en un producto que de alguna forma eleve los valores de la marca. Asà es el caso de una nueva pieza del director alemán Wim Wenders.