En estos tiempos cuando ya sabemos el efecto positivo de las redes sociales para nuestros negocios y cuando la mayoría de nosotros recomendamos que las marcas estén en ellas, también nos surge una interrogante importante: ¿deberíamos tener, mantener y continuar con nuestros websites oficiales? La respuesta es sí “deberíamos”, aunque claramente “podríamos” no tenerlos.