La conocida modelo curvy Iskra Lwarence ha sorprendido a los usuarios del metro de Nueva York cuando se ha quedado en ropa interior para que observasen, casi desnuda, mientras daba su mensaje a quien quisiera escucharla. Una inusual acción para reivindicar la diversidad corporal ante una industria mediática y publicitaria a la que acusa de fomentar estereotipos errados.