En medio de tendencias, posturas y nuevos modos de asumir esta existencia, muchas veces radicales, una cultura urbana que me llama particularmente la atención es el freeganismo. Sobre todo porque no es una alternativa únicamente de jóvenes hippies decepcionados del sistema económico, como sucedió tras la revolución industrial, sino que hoy se están convertido en freeganos, todo tipo de personajes que no aguantan más el aplastante poder del dios dinero.