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El 40 por ciento del costo total de los productos puede representar solo el empaque.
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Stella Artois lanzó una lata en color blanco para Wimbledon.
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El 55 por ciento de las personas considera importante el papel del empaque.
La histórica marca de cerveza Stella Artois ha presentado una edición especial de su lata en color blanco, en honor a Wimbledon 2025. Con este movimiento, la compañía se suma al riguroso protocolo de vestimenta del torneo, caracterizado por su estética sobria y su tradición centenaria.
A diferencia de su diseño tradicional, esta edición abandona el dorado y el rojo característicos para adoptar un blanco total, con detalles sutiles en verde y púrpura, tonos oficiales del evento. La transformación no solo responde a motivos visuales: es una declaración de respeto hacia el entorno exclusivo del All England Club.
El rediseño fue concebido por la agencia Gut Amsterdam y el estudio Jones Knowles Ritchie, que lograron intervenir el empaque de Stella Artois sin diluir su legado. El resultado es una pieza que, sin alardes, se integra a la atmósfera refinada de Wimbledon, manteniendo la esencia de la marca.
En el despliegue de la campaña participan dos íconos del deporte y la cultura pop: David Beckham y Maria Sharapova, elegidos para representar esa intersección entre elegancia, disciplina y estatus. Su presencia apunta al público que valora no solo el deporte, sino también el estilo y el prestigio asociado a eventos como este.
Más allá de lo visual, la iniciativa revela cómo una marca con más de 140 años de historia puede leer el contexto, adaptarse con sensibilidad y fortalecer su posicionamiento sin renunciar a lo que la define. Como lo expresó Anselmo Ramos, presidente creativo de Gut, con tono irónico y orgullo: “Solo nos ha llevado 145 años adaptarnos al código de vestimenta de Wimbledon”.
La importancia del empaque de las marcas.
El empaque de una marca es mucho más que una envoltura: es el primer punto de contacto físico entre el producto y el consumidor, y una poderosa herramienta de comunicación visual, emocional y funcional.
En un entorno saturado de opciones, el empaque es decisivo para captar la atención, generar curiosidad y transmitir de inmediato la identidad, los valores y la promesa de una marca. Su diseño, materiales, colores, tipografía e incluso su sustentabilidad pueden influir directamente en la percepción de calidad, innovación o compromiso social.
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Más allá del diseño atractivo, el empaque debe cumplir funciones clave: proteger el producto, facilitar su uso, destacar en el anaquel y generar una experiencia de apertura memorable. Hoy en día, muchas marcas apuestan por empaques reutilizables, reciclables o interactivos, que permiten escanear códigos para acceder a contenido exclusivo, información nutricional o tutoriales.
Apple
Un caso ejemplar es el de los empaques de Apple, que han sido diseñados para generar una experiencia casi ceremonial al abrirlos. Su atención al detalle, minimalismo y calidad transmiten innovación, lujo y sofisticación, incluso antes de encender el dispositivo.
Esto demuestra que el empaque no solo envuelve: comunica, persuade y deja una impresión duradera. Para muchas marcas, invertir en un buen empaque es invertir en una experiencia que comienza mucho antes del primer uso del producto.
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