- La multa fue impuesta por la Dirección General de Consumo de Francia.
- Detectaron falsos descuentos y argumentos ambientales sin respaldo.
- En 2023, México se ubicó entre los tres mercados principales de Shein, con una participación estimada de entre el 5 % y el 10 % de los ingresos globales (alrededor de 2,000 a 4,000 millones de dólares).
El gigante chino del fast fashion Shein fue multado con 40 millones de euros por las autoridades francesas tras una investigación que reveló prácticas comerciales engañosas.
La Dirección General de Consumo, Competencia y Prevención del Fraude (DGCCRF) concluyó que la empresa promovía descuentos ficticios y afirmaciones ambientales sin sustento verificable, dice Reuters.
La sanción es una de las más duras impuestas a una plataforma de moda en línea en Europa, y llega en un momento en que la compañía intensifica sus esfuerzos por mejorar su imagen en mercados clave como Estados Unidos, América Latina y la propia Unión Europea.
El informe oficial detalló que buena parte de los supuestos descuentos no eran reales. En el 57% de los casos, los productos ni siquiera habían sido ofrecidos previamente a precios más altos, lo que contradice los fundamentos legales de un descuento. En otros casos, los precios originales habían sido inflados temporalmente justo antes de aplicar el supuesto rebajo, asegura el Financial Times.
Shein: tácticas de marketing bajo la lupa
La estrategia de precios agresiva es uno de los pilares del modelo de negocio de Shein. Sin embargo, según el informe de la DGCCRF, ese modelo estaría generando confusión entre los consumidores al presentar promociones artificiales.
El análisis se basó en el seguimiento de más de 1,000 productos vendidos por la plataforma. Además de las inconsistencias en los descuentos, el organismo regulador advirtió que Shein difundía mensajes que podrían inducir al error respecto al impacto ambiental de sus productos.
Frases como “compra consciente” o “moda responsable” aparecían en la web sin respaldo claro sobre el origen de los materiales, las condiciones laborales en la cadena de producción o políticas de reducción de emisiones. Para las autoridades francesas, esto configura un caso de greenwashing.
Este tipo de señalamientos no es nuevo para Shein. En abril de este año, el Parlamento Europeo ya había alertado sobre las “opacas condiciones laborales” en algunas de las fábricas proveedoras de la firma, dic El Economista.
En ese contexto, la reciente sanción en Francia no sólo representa una multa económica, sino también un golpe a la credibilidad de la marca frente a los consumidores del continente.
Una marca en expansión que busca legitimar su imagen
Como te hemos contado en Merca2.0 desde hace tiempo, Shein ha crecido a una velocidad inusual. Con sede fiscal en Singapur y un modelo de producción just-in-time que se apoya en una red de proveedores en China, la marca se convirtió en un fenómeno global al ofrecer ropa a precios bajos y gran variedad de estilos, especialmente atractivos para las generaciones más jóvenes.
En América Latina, México es uno de sus principales mercados. La compañía ha invertido en campañas con influencers, presencia en redes sociales y publicidad digital que apunta a una audiencia joven, urbana y orientada al consumo inmediato.
Sin embargo, este crecimiento también ha traído nuevas exigencias. La presión regulatoria por parte de Europa y Estados Unidos está obligando a Shein a replantear aspectos clave de su operación. Desde mayor transparencia en su cadena de suministro hasta el rediseño de su estrategia de branding, la empresa enfrenta ahora un escrutinio más intenso.
Lecciones para la industria del marketing
El caso de Shein obliga a revisar con atención el uso de ciertos mensajes promocionales en campañas de marketing.
El greenwashing no sólo afecta la reputación de las marcas, sino que comienza a generar consecuencias legales concretas. Para las agencias, creativos y responsables de branding, esto implica una mayor responsabilidad a la hora de elegir qué mensajes amplificar.
Además, el uso de promociones como gancho comercial también entra en una nueva etapa. Mostrar precios tachados o supuestas rebajas ya no es una garantía de éxito. Los consumidores y reguladores exigen pruebas claras de que esas promociones tienen un fundamento real.
La sanción a Shein puede leerse como un aviso para todo el sector: el futuro del marketing no sólo dependerá de la creatividad o la tecnología, sino también de su capacidad para sostener la confianza del público y respetar normas cada vez más estrictas.
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