• Una denuncia evidenció a Semrush, ya que algunos asistentes no pudieron ingresar a un evento de la plataforma por ser mexicanos.

• El acto de Semrush contra mexicanos obliga a entender la importancia de que las empresas cuenten con una comunicación flexible y empática.

• Tras la contingencia y con una creciente demanda de adoptar tendencias como el lenguaje inclusivo, las marcas están en el peor momento para cometer pecados en comunicación.

Una extraña medida de Semrush en la convocatoria de un evento sorprendió a algunos asistentes, que denunciaron a la plataforma por impedirles el acceso debido a que eran mexicanos.

El hecho fue expuesto en redes sociales con todo y detalles, como un testigo gráfico en que se muestra la respuesta de la responsable de comunicación de Semrush, argumentando que una política “extraña” les impedía aceptar mexicanos, a pesar de que este evento se estaba realizando en una playa mexicana.

Tras exponer el caso en redes sociales, los comentarios han lamentado el incidente y obliga a cuestionarse, ¿qué lleva a una marca nativa digital a emprender políticas racistas en pleno 2022 y en un momento que tras una trágica contingencia y la promesa de que el ecosistema online es para “conectar” sin distingo?

La pregunta la dejamos en el aire mientras continuamos advirtiendo qué sucedió con esta historia.

Comunicar lo incomunicable

Según el testigo que reveló esto, identificado como Andrés Muguira (en LinkedIn), Nicole Ponce, lead de comunicación en la plataforma, fue la encargada de “explicarle” por qué una “extraña” política, le impedía ingresar al evento.

Ser el “lead” de comunicación de una empresa detalla mucho sobre los valores personales y capacidad de entender el mercado, cuando vivimos en un proceso de transformación muy drástico en lo que comunicamos y da pauta a comprender qué lineamientos y conceptos ya no caben en tu rol como profesional. Esto es, partir de aperturas, como las que obligan a entender materias como el lenguaje inclusivo, responder a preguntas como por qué sí o por qué no integrarlo en tu visión de marca profesional; también entender qué políticas no hacen sentido para ti, por parte de la empresa en que trabajas, sobre todo cuando colaboras para una empresa nacida en un ecosistema digital, donde la promesa de conectividad no tiene cabida al racismo o discriminación, entre otras malas prácticas.

Ni comes, ni llegas

Hay frases que se han quedado en la memoria de los mexicanos, que rezan “comes y te vas”. Para Semrush ni comer ni asistir fue una opción para asistentes mexicanos, que intentaron ingresar a un evento por una política que ni su “lead” de comunicación logró entender.

Cuando el responsable de comunicación no logra comprender por qué una política existe dentro de una empresa, hay un serio problema que ninguna marca se puede permitir.

Hoy más que nunca las empresas deben partir de una comunicación flexible, sintética y empática, de lo contrario, se pierde ante un consumidor que ya no da cabida a estas medidas y se impide al equipo de estas organizaciones crecer, traicionándose primero como marca, al talento y al consumidor.

Comunicar y mal

La mala comunicación se ha convertido en una pésima práctica que no debe replicarse.

Estos incidentes han detonado verdaderas pesadillas para las marcas como Pepsi, cuando activó una campaña con Kendall Jenner y la acción terminó como la peor medida de la marca de cómo hacer publicidad y lograr malos resultados con ella.