
El retail ya no se limita a vender productos: se ha convertido en una plataforma emocional que conecta con el consumidor desde la autenticidad y el propósito. En un entorno cambiante, donde las marcas enfrentan consumidores más conscientes, exigentes y sensibles al contexto, una nueva metodología comienza a transformar el modelo de negocio tradicional.
Se trata de la Fórmula Piramidal, desarrollada por María Callís, Directora del Máster en Diseño del Espacio Comercial de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona (ESDESIGN), que propone una visión humana, adaptativa y emocional del retail del siglo XXI.
Un consumidor que exige coherencia, propósito y conexión
Según datos de la ANTAD, el retail mexicano creció un 6.1% durante el primer trimestre de 2025, mientras que el ticket promedio aumentó un 4.8%.
Las familias mexicanas destinan ahora más presupuesto a alimentación, salud, educación y ahorro. Esto obliga a las marcas a repensar sus estrategias y ofrecer experiencias más empáticas y centradas en la persona.
En este contexto, la Fórmula Piramidal propone repensar el retail como una plataforma de valor, que comunica desde el espacio físico, conecta con la identidad de marca y escucha activamente las emociones del consumidor.
No se trata de construir estructuras rígidas, sino de habilitar sistemas vivos, ágiles y emocionalmente significativos.
Una metodología basada en emociones, diseño y estrategia
La propuesta abandona los antiguos modelos de negocio para operar desde seis principios clave: motivación compartida, coherencia, capacidad de superación, fluidez experiencial, fair play con el talento y una estrategia comunicativa sólida.
Herramientas como la Estrategia de Escora o el concepto de Fusión Business permiten mantener la identidad y responder con agilidad al entorno cambiante.
Casos como Amazon y Adidas refuerzan esta visión. Han convertido el retail en un espacio de expresión, donde el minimalismo, la obsesión por el cliente o la reinterpretación cultural se transforman en ventajas competitivas.
La invitación, como resume Callís, no solo es a innovar, sino a desaprender. A crear marcas más empáticas, con propósito y listas para diseñar futuros donde la emoción y la estrategia convivan. El retail emocional ya no es una tendencia, sino una necesidad urgente para conectar con la humanidad detrás de cada decisión de compra.