
- Se produjeron 475 detenciones en la planta de Hyundai y LG en Georgia.
- La inversión conjunta en el proyecto asciende a 4,300 millones de dólares.
- En 2024, Corea del Sur fue el quinto mayor inversor en EE.UU. con 68,000 millones de dólares acumulados.
La redada más grande en un solo sitio
El 4 de septiembre, la política migratoria de Estados Unidos mostró su cara más estricta en un operativo que dejó a la industria automotriz en estado de alerta. Agentes federales realizaron una redada en el sitio de construcción de la planta de baterías para vehículos eléctricos que Hyundai Motor Group y LG Energy Solution levantan en Ellabell, Georgia.
El resultado: 475 detenciones, en su mayoría ciudadanos surcoreanos que ingresaron con visados turísticos o bajo el programa de exención ESTA, ambos incompatibles con actividades laborales.
Se trató de la mayor redada migratoria en un solo lugar en la historia reciente de Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Nacional explicó que la acción respondió a “serias inconsistencias” en la documentación de los trabajadores, señalando que las empresas contratistas habían recurrido a esquemas poco transparentes para acelerar la llegada de mano de obra al proyecto.
La planta es clave para la estrategia de Hyundai y LG: con una inversión de 4,300 millones de dólares, se busca asegurar una posición central en la producción de baterías para vehículos eléctricos en toda América del Norte.
La redada no sólo puso en pausa el avance de las obras, sino que encendió un debate sobre las condiciones de contratación en proyectos de inversión extranjera.
Impacto en Hyundai, LG y la diplomacia surcoreana
El golpe no tardó en trasladarse al plano internacional. El gobierno de Corea del Sur reaccionó enviando funcionarios consulares a Georgia y prometiendo vuelos chárter para repatriar a parte de los trabajadores detenidos.
Hyundai y LG, por su parte, confirmaron que varios de sus empleados directos estaban entre los afectados.
LG Energy Solution reconoció 47 detenciones dentro de su plantilla y recomendó a otros empleados permanecer en Corea hasta nuevo aviso.
La operación también generó un debate sobre la responsabilidad de las empresas en el cumplimiento de las normas migratorias. Aunque el uso de visados inadecuados suele recaer en contratistas y subcontratistas, la magnitud del proyecto obliga a las compañías principales a responder.
Analistas legales advirtieron que el caso puede convertirse en un precedente: de ahora en adelante, el gobierno estadounidense exigirá controles más estrictos para cualquier firma extranjera que busque operar grandes proyectos industriales en su territorio.
El costo reputacional es evidente. Mientras Hyundai y LG pretenden consolidar su imagen como pioneros de la transición energética en el mercado estadounidense, ahora deben enfrentar cuestionamientos sobre prácticas laborales y riesgos regulatorios.
Redadas migratorias e inversión extranjera
La redada en Georgia no sólo afecta a Hyundai y LG. La señal enviada desde Washington alcanza a todas las multinacionales que han apostado por proyectos en Estados Unidos. Donald Trump fue explícito: espera que las empresas extranjeras contraten y capaciten trabajadores locales, reduciendo al mínimo la dependencia de personal extranjero.
La tensión se refleja en la incertidumbre de otras firmas asiáticas y europeas, que ahora revisan sus programas de visado y contratan asesoría legal para blindar operaciones.
La inversión coreana en Estados Unidos, que acumulaba 68,000 millones de dólares en 2024, podría resentirse si la percepción de riesgo se acentúa, analizan en el Financial Times.
Para Hyundai y LG, el caso es especialmente delicado porque la planta de Georgia estaba proyectada como uno de los pilares de su expansión global en movilidad eléctrica. En la práctica, la redada amenaza con retrasar la puesta en marcha de la instalación y elevar los costos de cumplimiento, justo en un mercado donde la competencia con Tesla y fabricantes chinos es cada vez más intensa.
Qué deben hacer las compañías extranjeras en EE.UU
- Asegurar que todo trabajador cuente con visado laboral adecuado (H-1B, L-1, entre otros).
- Implementar auditorías internas de cumplimiento migratorio antes de iniciar operaciones.
- Incluir cláusulas de responsabilidad en contratos con subcontratistas para evitar irregularidades.
- Establecer protocolos de respuesta rápida en caso de inspecciones de agencias federales.
Más allá de la coyuntura, la redada de Georgia marca un cambio en la relación entre Washington y los grandes inversores internacionales.
La apuesta por la reindustrialización estadounidense está acompañada de un mensaje: sólo quienes se ajusten estrictamente a las reglas podrán ser parte del nuevo mapa productivo. Al menos, esa es la amenaza desde la Casa Blanca.
En definitiva, Hyundai y LG se encuentran en el centro de una tormenta regulatoria que no anticipaban. El proyecto que debía consolidar su liderazgo en la transición energética estadounidense se transformó en un caso de estudio sobre riesgos legales y diplomáticos.
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