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Según la OCDE, el 25% de los empleos en México podrían ser automatizados próximamente y otro 35% verá transformadas sus tareas laborales.
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McKinsey estima que, para 2030, hasta 18 millones de trabajadores en América Latina podrían requerir cambiar de ocupación; México no está exento de esta presión.
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Sectores como manufactura, comercio y construcción pierden fuerza, mientras que áreas como servicios digitales, salud, educación y tecnología ganan terreno.

El mercado laboral mexicano experimenta transformaciones periódicas en las que ciertos empleos desaparecen mientras otros nuevos se incorporan, reflejando los cambios tecnológicos y económicos que impactan a diversos sectores en distintos momentos.
De acuerdo con los recientes datos que el INEGI dio a conocer este lunes, para mayo de 2025, la población económicamente activa en México fue de 61.7 millones, con fluctuaciones en la participación laboral de hombres y mujeres y un crecimiento moderado en la población ocupada. Sin embargo, estos indicadores esconden ajustes sectoriales relevantes.
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El sector secundario, que agrupa a la industria manufacturera, la minería y la construcción, registró la eliminación de más de 540,000 empleos, con la manufactura siendo la más afectada. Posiblemente, esta disminución se vincula con procesos de automatización y modernización que reducen la demanda de ciertos perfiles laborales tradicionales. En contraste, el sector primario mostró un incremento en los empleos agrícolas, señalando oportunidades emergentes en actividades rurales.
Por otro lado, el sector terciario o de servicios agregó más de 700,000 empleos, destacando la demanda en áreas especializadas como servicios profesionales, científicos y técnicos, así como en transporte y comunicaciones. Este crecimiento refleja una economía que avanza hacia la prestación de servicios con mayor valor agregado y dependencia tecnológica.
Con cerca de 60 millones de personas ocupadas, la distribución laboral en México sigue concentrándose mayoritariamente en el sector servicios, seguido por la industria y el campo. Estos movimientos evidencian que el mercado laboral se encuentra en constante reajuste, con cambios que no ocurren simultáneamente en todos los sectores, sino en fases diferenciadas.
En síntesis, la eliminación y creación de empleos en México responde a transformaciones estructurales que redefinen la demanda laboral, exigiendo una continua adaptación de la fuerza de trabajo para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrece la evolución tecnológica y económica.
Y es que, a nivel global, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha señalado que, para 2030, más de 85 millones de empleos podrían ser desplazados por la automatización, pero al mismo tiempo surgirán 97 millones de nuevos roles vinculados a la tecnología, el análisis de datos, la sostenibilidad y la economía del conocimiento.
En el caso de México, destaca el crecimiento en sectores como los servicios digitales, logística, análisis de datos, ciberseguridad y desarrollo de software. Según su “Panorama Laboral para América Latina y el Caribe”, existe un riesgo importante de polarización del empleo: por un lado, trabajos altamente calificados y, por otro, empleos precarios o informales que siguen absorbiendo a buena parte de la población económicamente activa.
Asimismo, un estudio de McKinsey & Company, titulado “Jobs lost, jobs gained: Workforce transitions in a time of automation”, estima que para 2030 hasta 18 millones de trabajadores en América Latina podrían necesitar cambiar de ocupación.
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