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El e-commerce en México alcanzó un valor de 658.3 mil millones de pesos en 2023, según la AMVO.
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Mercado Libre lidera entre las plataformas de ventas en línea, con una penetración del 92% entre los compradores digitales.
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México tiene una tasa de informalidad laboral del 55.6% refiere el INEGI.

En medio del auge por las compras en línea, especialmente a través de plataformas como Mercado Libre, algunos vendedores ambulantes han sabido aprovechar esta tendencia para atraer a los curiosos peatones del Centro Histórico de la Ciudad de México. Con ingenio y una dosis de misterio, estos comerciantes han montado puestos callejeros que simulan ser puntos de entrega de la reconocida empresa de e-commerce, ofreciendo “paquetes sorpresa” que han captado la atención de cientos de personas.
El concepto es simple: se venden bolsas amarillas con el logotipo de Mercado Libre sin revelar su contenido. Muchos compradores creen que podrían estar adquiriendo productos extraviados o devoluciones no reclamadas, lo que ha generado gran emoción y expectativa entre los consumidores. La posibilidad de encontrar objetos de alto valor como celulares, relojes inteligentes o electrónicos ha sido el principal gancho de estas ventas.
Sin embargo, no todo es tan emocionante como parece. En un video en TikTok, una usuaria relató su experiencia tras comprar uno de estos paquetes en las inmediaciones de Bellas Artes. Al abrirlo, encontró un reloj inteligente, pero advirtió que no recomendaría esta dinámica de compra. Muchos han insinuado que podría tratarse de productos genéricos o de baja calidad, probablemente provenientes del mercado chino.
Este tipo de ventas ha generado opiniones divididas. Mientras algunos celebran el ingenio y el atractivo del “azar”, otros acusan a los vendedores de aprovecharse del entusiasmo de la gente con una estrategia que roza lo engañoso. Se especula que muchos de estos comerciantes simplemente adquieren bolsas oficiales de Mercado Libre y las rellenan con artículos económicos para simular autenticidad.
Aun así, el fenómeno continúa ganando popularidad y ha generado debates en redes sociales sobre los límites del marketing callejero y la delgada línea entre sorpresa y decepción. Lo cierto es que estos puestos se han convertido en un reflejo del ingenio mexicano y de cómo la cultura digital se traslada, cada vez más, al espacio público.
En los últimos años, México ha vivido un crecimiento exponencial en el comercio electrónico. Según datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), en 2023 el e-commerce en México alcanzó un valor de 658.3 mil millones de pesos, lo que representó un crecimiento del 24.6% respecto al año anterior. Plataformas como Mercado Libre, Amazon y Shein se han posicionado como líderes del mercado, pero es Mercado Libre la que mantiene una presencia dominante en el país, con una penetración del 92% entre los compradores digitales mexicanos, de acuerdo con el estudio “Radiografía del eCommerce 2023” de la AMVO.
Este fenómeno ha transformado los hábitos de consumo de millones de personas, pero también ha servido de inspiración para vendedores informales que buscan capitalizar la popularidad de estas marcas en el espacio público. De hecho, el INEGI estima que alrededor del 55.6% de la población ocupada en México trabaja en la informalidad, y el comercio ambulante representa una parte significativa de esta cifra, especialmente en zonas céntricas y turísticas como el Centro Histórico de la Ciudad de México.
En ese contexto, muchos emprendedores callejeros han adoptado estrategias creativas para atraer al consumidor urbano. Desde puestos de dulces con envoltorios de TikTok hasta vendedores disfrazados de repartidores de apps de delivery, el comercio informal ha demostrado una gran capacidad de adaptación e ingenio.
El caso de los puestos que imitan entregas de Mercado Libre, vendiendo bolsas sorpresa, es un ejemplo claro de esta creatividad. Apelan al efecto psicológico de la “caja misteriosa” o mystery box, una estrategia de venta que ha ganado fuerza en todo el mundo y que se basa en el suspenso y la expectativa de obtener algo valioso por un precio reducido. Este tipo de prácticas ya eran populares en plataformas como AliExpress o Amazon, y ahora se trasladan a las calles mexicanas, alimentadas por el deseo de los consumidores de “ganar algo” sin saber exactamente qué.
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