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Se propone implementar el voto electrónico para facilitar la participación de la juventud digital.
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La juventud está cada vez más conectada a la política a través de redes sociales como TikTok, Instagram y X.
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Estudios de la OECD muestran que involucrar a los jóvenes en actividades cívicas tempranas aumenta la probabilidad de participación sostenida en la adultez.
El debate sobre la participación juvenil en la política mexicana ha tomado fuerza en los últimos años, y ahora Movimiento Ciudadano impulsa una propuesta que podría transformar el panorama electoral al buscar reducir la edad mínima para votar de 18 a 16 años.
Y es que, la diputada federal Laura Ballesteros planteó que este cambio permitiría a los jóvenes acceder a los espacios de decisión política desde una etapa más temprana, fomentando una ciudadanía activa y comprometida con los procesos democráticos. La propuesta contempla también mecanismos como el voto electrónico, diseñados para acercar a la juventud a la política a través de plataformas digitales, donde su presencia es cada vez más significativa.
Durante una mesa de análisis organizada por Azucena Uresti, se enfatizó la importancia de integrar a los jóvenes en la toma de decisiones. “Los jóvenes están listos para participar, no solo como observadores, sino como agentes de cambio dentro de la democracia”, afirmó. Su postura se enmarca dentro de un contexto más amplio, donde los partidos políticos buscan estrategias para conectar con audiencias digitales.
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El auge de las redes sociales ha transformado radicalmente la manera en que los jóvenes interactúan con la política. Plataformas como TikTok, Instagram y X, han dejado de ser únicamente espacios de entretenimiento para convertirse en escenarios de debate, activismo y difusión de información política. Figuras como Jorge Maynez y Mariana Rodríguez, esposa del gobernador de Nuevo León y militante de Movimiento Ciudadano, han demostrado cómo es posible utilizar las redes sociales para acercar los mensajes políticos a audiencias jóvenes.
A través de estrategias que combinan contenido informal, referencias culturales, musicales y de entretenimiento, como Taylor Swift, han logrado captar la atención de miles de seguidores, consolidando un vínculo entre juventud y política que va más allá de los discursos tradicionales.
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¿Qué impacto tendría esta iniciativa en los jóvenes?
Esta propuesta de reducir la edad para votar también busca responder a una tendencia global: los jóvenes de entre 16 y 18 años muestran un interés creciente por los temas políticos y sociales. Según un estudio de la OECD sobre participación cívica juvenil, los adolescentes que se involucran en actividades cívicas tempranas tienden a mantener un compromiso sostenido con la política en la adultez. Esto sugiere que otorgar el voto a los 16 años no solo aumentaría la participación inmediata, sino que podría fomentar una generación de ciudadanos más informados y activos, capaces de influir en la agenda pública a largo plazo.
Además, el voto electrónico aparece como un elemento clave para garantizar que la inclusión de los jóvenes sea efectiva y segura. Esta modalidad no solo facilita el acceso de los votantes más jóvenes, acostumbrados a interactuar con herramientas digitales, sino que también puede contribuir a modernizar la infraestructura electoral en México. El reto será garantizar la transparencia, la seguridad de los datos y la confianza de la ciudadanía en estos mecanismos, de modo que la innovación tecnológica no se perciba como un riesgo, sino como una oportunidad de democratizar la participación.
Sin embargo, la propuesta enfrenta también cuestionamientos. Algunos analistas políticos advierten que, aunque los jóvenes están altamente conectados digitalmente, esto no necesariamente se traduce en un conocimiento profundo de las instituciones ni en un compromiso con el voto informado. Existe el riesgo de que la política se vuelva un espectáculo mediático, donde la popularidad en redes determine la influencia más que la discusión de ideas y propuestas.
La participación de figuras con fuerte presencia digital muestra un cambio en la forma en que los partidos entienden la movilización juvenil. Al integrar elementos de cultura pop y estrategias de contenido viral, buscan construir una conexión entre la política institucional y la vida cotidiana de los jóvenes, sin descuidar la importancia de la información confiable.
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Este enfoque refleja un reconocimiento de que los hábitos de consumo de información de la juventud han evolucionado, ahora interactúan con mensajes cortos, visuales y directos, y esperan que la política hable su lenguaje sin perder seriedad ni responsabilidad.
La propuesta también se conecta con reformas más amplias impulsadas en el país. En paralelo, la presidenta Claudia Sheinbaum ha promovido cambios electorales y ajustes en la regulación del voto, buscando modernizar el sistema y fortalecer la participación ciudadana. El planteamiento de Movimiento Ciudadano complementa estas iniciativas, al enfocarse en un grupo específico que tradicionalmente ha sido subrepresentado en las urnas: los jóvenes entre 16 y 18 años, quienes hoy representan una parte considerable de la población digital activa.
En síntesis, la propuesta de reducir la edad para votar a los 16 años no solo plantea un ajuste legal, sino que abre la puerta a un debate sobre cómo acercar la política a una generación que se comunica y participa principalmente en el entorno digital.
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