• A nivel mundial, los usuarios pasan en promedio 2 horas y 21 minutos diarios en redes sociales.

• En México, este promedio es más alto, con 3 horas y 15 minutos diarios.

• En 2024, se estima que el mercado global de gaming alcanzó un valor superior a 200 mil millones de dólares, impulsado por consolas, PC y juegos móviles, según Newzoo y Statista.

Mientras miles de personas en todo el mundo hacen largas filas o esperan con ansias su turno para conseguir la nueva Nintendo Switch 2, un youtuber decidió hacer todo lo contrario: romperla en público apenas la tuvo en sus manos. Sí, la compró, y, frente a decenas de fans.

El insólito acto ocurrió en la tienda oficial de Nintendo en San Francisco, donde el creador de contenido sacó su consola de la caja, la golpeó varias veces con fuerza y luego le roció agua, dejando los restos irreparables frente a todos. “Quería ser el primero en tener una Switch 2 rota”, fue su única explicación entre risas nerviosas.

La escena generó una fuerte reacción entre los presentes, quienes estaban esperando pacientemente por su consola. Algunos lo confrontaron directamente: “Necesitas ir a terapia”, le gritó uno. Otros simplemente lo miraron con asombro e incomodidad, sin entender si se trataba de una broma, una protesta o un intento desesperado por ganar atención en redes sociales.

🟣 Un youtuber rompe su Switch 2 recién comprada con un martillo delante de decenas de fans de la consola:

La tienda Nintendo de San Francisco le ha vetado por poner en peligro al resto de compradores⚠️

“Quería ser el primero en tener una Switch 2 rota”. pic.twitter.com/LgGtKnYoHa

— Movistar eSports (@MovistareSports) June 6, 2025

El suceso no solo causó polémica entre los asistentes y en redes, sino que también le costó un veto permanente de la tienda Nintendo de San Francisco, que consideró que puso en riesgo la seguridad del resto de los compradores.

Aunque no es la primera vez que un influencer recurre a este tipo de actos para hacerse viral, la acción ha reabierto el debate sobre los límites del contenido en internet y hasta dónde se puede llegar por unos cuantos likes.

Y es que, en un ecosistema saturado de contenido, donde miles de videos se publican por minuto en plataformas como YouTube, TikTok o Instagram, captar la atención del público se ha convertido en una auténtica batalla. Esto ha llevado a que algunos creadores recurran a actos cada vez más extremos, polémicos o absurdos con tal de volverse virales.

Según un informe de Datareportal , el tiempo promedio que una persona pasa en redes sociales es de 2 horas y 23 minutos al día, y el algoritmo premia el contenido que genera reacciones inmediatas: likes, comentarios, compartidos o incluso indignación. Es por eso que muchos influencers apuestan por lo impactante antes que por lo valioso o constructivo.

El problema, advierten expertos en comunicación digital, es que este modelo favorece la cultura del shock. “En la economía de la atención, lo que importa no es si algo es bueno o malo, sino si logra interrumpir el scroll del usuario”, señala Tim Wu, autor del libro The Attention Merchants. Y cuando el objetivo es solo volverse viral, la ética y la responsabilidad pueden quedar de lado.

Además, la validación social también influye: un estudio de la Universidad de Harvard reveló que recibir likes y vistas en redes sociales activa áreas del cerebro relacionadas con el placer y la recompensa, lo que puede volver este tipo de actos adictivos para algunos creadores.

Ante este panorama, actos como destruir una consola recién lanzada aunque incomprensibles para muchos se explican dentro de una lógica digital donde la visibilidad lo es todo, incluso si eso implica perder credibilidad, dinero o respeto.

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