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Para 2018, en estimaciones de INEGI, había más de cuatro millones de PyMEs en México, incluyendo micro-negocios
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Históricamente, este tipo de empresas han sido el principal empleador del país, así como las responsables de la mayoría del PIB
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Al mismo tiempo, tres cuartas partes de estos emprendimientos desaparecen antes de cumplir los tres años de vida
2020 no fue el año de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) en México. Para mediados del año, se estimaba que cuatro de cada diez emprendimientos habían cedido ante la crisis de la COVID-19. Tan grave es la situación que, en datos de Milenio, ciertas autoridades públicas se han decidido a tomar al apoyo de estos negocios más en serio. Pero de nada servirá si las marcas no reconocen sus barreras más importantes. Y según Válzer, hay siete desafíos clave:
Falta de cultura empresarial entre las PyMEs
Son pocas las compañías que apenas van surgiendo que realmente tienen un plan de negocio sólido y claro. Muchos negocios nacientes se lanzan al mercado sin una visión clara del futuro, incluso recurriendo a la experiencia empírica diaria o a la intuición para salir adelante. Es muy importante que estas marcas en desarrollo empiecen a adoptar un foco mucho más serio, al menos si desean sobrevivir. De lo contrario, sus operaciones no tienen grandes perspectivas.
No hay acercamiento a especialistas
Todas las empresas se pueden apoyar de servicios de asesoría y del trabajo de expertos en las áreas que no sean su expertice. Pero en el caso de las PyMEs, es mucho más importante esta actitud abierta al consejo de especialistas. Aunque sean organismos de menor tamaño, tienen que lidiar con elementos financieros, legales e impositivos. Y no todos los dueños de marcas tienen el conocimiento necesario para darle seguimiento, por lo que deben contratar externos.
Carecen las PyMEs de financiamiento
Otro problema común es la falta de recursos para seguir adelante con un negocio. Por más buena que sea una idea, es difícil que un proyecto comercial se convierta en un éxito de la noche a la mañana. No solo no hay suficientes incentivos para todos los proyectos que hay en México. Incluso aquellos que sí podrían aspirar a él, no se deciden a aceptarlo por miedo a perder control de la operación. Una visión que se debe de corregir si quieren salir adelante.
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Mala planeación financiera
Aún si las PyMEs tienen acceso a suficientes recursos para subsistir en lo que se vuelven rentables, no todas las empresas tienen buenas prácticas de gasto. Muchas compañías gastan más de lo necesario en los primeros meses de vida, agotando sin razón sus reservas. Tiene que haber una estrategia más clara de inversión, de forma que las marcas no intenten abarcar más de lo que puedan. Y así, tampoco se queden sin dinero para una posible emergencia.
Falta de asesoría legal para PyMEs
De nuevo, no porque una empresa sea de menor tamaño no significa que no necesite de un apoyo de especialistas en ciertos elementos de su operación. Es importante observar ciertos elementos, como responsabilidades fiscales y legales, para no poner en jaque el futuro de los negocios. También es importante abordar elementos como propiedad intelectual o el uso de logos y diseños únicos para la marca. Así, se podrá empezar con el pie derecho el proyecto.
No contar con productos o servicios innovadores
Muchas PyMEs deciden meterse a un sector solo porque es popular entre los consumidores. Y no tiene nada de malo querer entrar a un negocio u otro porque está generando ingresos. Pero para conseguir una empresa sustentable en el largo plazo, es mucho más importante que cada proyecto presente ideas innovadoras para mejorar el mercado. De lo contrario, haciendo justo lo mismo que hacen todos los rivales, es mucho más sencillo que la compañía desaparezca.
No se invierte en marketing o branding entre las PyMEs
Tal vez el error más grave de los pequeños negocios es no tener un presupuesto asignado para una estrategia de promoción clara. Cada empresa tiene que tener un esfuerzo concreto para hacer crecer su audiencia e impulsar sus ventas, no importa el tamaño. Dejar de lado este tipo de proyectos solo asegura que el proyecto sea menos rentable en el largo plazo. Y más importante aún, también pone en riesgo a la empresa que sus rivales simplemente la superen.