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De acuerdo con Statista, en sus 29 años de historia, The Pokémon Company ha vendido cerca de 500 millones de unidades de la serie de videojuegos.
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Los juegos principales de la serie Pokémon se lanzan en generaciones, cada una con diferentes monstruos para domesticar, personajes para encontrar y, a veces, nuevas regiones para explorar.
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El Tamagotchi fue el dispositivo más prometedor de los 90s.

El fenómeno Pokémon nació en los años noventa, una década marcada por la fiebre de las caricaturas japonesas, las consolas portátiles y los juguetes electrónicos que marcaban tendencia en patios escolares de todo el mundo. Entre ellos, hubo un dispositivo que se convirtió en un símbolo de esa época: el Tamagotchi. Hoy, casi tres décadas después, ambos mundos se encuentran en un mismo producto. La franquicia de Pokémon presentó el Pokémon Poké Nade Monster Ball, un gadget portátil que revive la estética de los “mascotas virtuales” que dominaron la infancia de toda una generación.
Pokémon and Takara Tomy have announced Poké-Nade, a new Tamagotchi style toy with over 150 Pokémon to play with and take care. You will be able to pet the device to elicit a reaction from the Pokémon!
The device will launch in Japan on October 11th for ¥7,480 (approx. $51 USD). pic.twitter.com/cSwJu7Rucw
— Centro LEAKS (@CentroLeaks) September 6, 2025
El concepto es sencillo pero cargado de nostalgia: un dispositivo con forma de Pokébola que permite cuidar, alimentar y entrenar a criaturas digitales. En total, hasta 157 Pokémon estarán disponibles para interactuar, cada uno con rutinas propias que van desde ser alimentados hasta entrar en combate. El lanzamiento está programado para el 11 de octubre de 2025 en Japón con un precio cercano a los 51 dólares. Aunque no se ha confirmado su llegada a otros mercados, la noticia ya genera entusiasmo en foros y redes sociales donde miles de fanáticos recuerdan sus primeras batallas con Pikachu en el Game Boy o los días en los que cuidaban con obsesión a su Tamagotchi.
Un viaje directo a la década de los noventa
Más allá de ser un producto nuevo, el anuncio de Pokémon responde a una tendencia cultural más amplia: el regreso de los 90s como inspiración de mercado. Para quienes crecieron en esa época, el Tamagotchi no era solo un juguete, era casi una responsabilidad. Había que alimentar a la criatura virtual, limpiar su espacio y evitar que muriera, algo que en su momento generó tanto fascinación como debates sobre la adicción infantil a la tecnología. Pokémon, por su parte, se convirtió en una franquicia global capaz de unir videojuegos, cartas coleccionables y una serie animada que aún hoy sigue vigente.
Ahora, en un giro casi poético, ambos íconos se combinan. El resultado no solo busca conquistar a niños y adolescentes actuales, sino también a los adultos de treinta y tantos que crecieron con esas referencias y que hoy son consumidores con poder adquisitivo. Este efecto “retro” conecta con una necesidad emocional: revivir la simplicidad de una época en la que el entretenimiento cabía en la palma de la mano y se compartía en recreos y sobremesas.
Las marcas y la fiebre retro
El caso de Pokémon no es aislado. Diversas marcas han comprendido que la nostalgia noventera es un activo comercial poderoso. Nintendo, por ejemplo, logró un éxito inesperado con la reedición de sus consolas clásicas en formato mini; Sega hizo lo mismo con el regreso de Sonic; y en el terreno de la moda, colaboraciones que rescatan estéticas de series y caricaturas de los 90 han logrado colocarse como piezas de colección. Incluso gigantes de la comida rápida, como McDonald’s, han retomado personajes y campañas de esa década para atraer tanto a niños como a padres que buscan revivir su infancia.
La estrategia es clara: apelar a una generación que se siente orgullosa de su cultura pop y que busca reconectar con ella en un mundo cada vez más acelerado. Comprar un dispositivo estilo Tamagotchi o un juego clásico no es solo adquirir un producto, es comprar un pedazo de memoria y un escape a una etapa menos complicada.
La importancia de lo tangible en la era digital
Otro punto clave detrás de este lanzamiento es la revalorización de lo físico frente a lo digital. Si bien hoy existen cientos de aplicaciones que simulan cuidar mascotas virtuales, la experiencia de tener un dispositivo dedicado, con botones, pantalla pequeña y un diseño portátil, genera un vínculo diferente. El Pokémon Poké Nade Monster Ball no compite con apps móviles ni pretende sustituir la experiencia de Pokémon GO o de los videojuegos principales; lo que ofrece es un objeto tangible que se conecta con la ritualidad de la infancia: llevarlo en el bolsillo, revisarlo de vez en cuando y sentir la responsabilidad de cuidar de una criatura virtual.
Un símbolo generacional
El regreso de un “Tamagotchi Pokémon” es más que un simple lanzamiento de producto, es un recordatorio de cómo la cultura de los 90s sigue viva y moldeando tendencias actuales. Para quienes crecieron entre walkmans, tazos y caricaturas de Cartoon Network, tener la oportunidad de volver a cargar con una mascota virtual es casi como abrir una cápsula del tiempo.
Pokémon, una marca que ha demostrado ser maestra en reinventarse sin perder su esencia, apuesta una vez más por unir generaciones. Así como la serie y los videojuegos cautivan a nuevas audiencias, el nuevo dispositivo conecta con la memoria emocional de los adultos. Y esa combinación, entre nostalgia y novedad, podría ser la clave de su éxito global.
En un mercado donde la innovación tecnológica avanza a pasos agigantados, a veces el futuro se construye mirando hacia atrás. Y en este caso, hacia los noventa, una década que sigue demostrando que nunca se fue del todo.
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