Oma es más que un nombre y concepción de origen griego, es una marca que a comienza el año con un proceso de transformación. El primer paso será el cambio de logo unido a una táctica de promoción que le permitirá al cliente una ‘recarga de café’ gratis. Reynaldo González, gerente general de MesoFoods, firma dueña de la marca, explica lo que viene para la marca.
Este modelo de café que cuenta con un manejo 360 cuenta ya con casi 50 años en el mercado. Fue el primer concepto de barras de café en Colombia y si bien el mercado evoluciona y los gustos del consumidor cambian OMA es consciente de este proceso de evolución en el que se busca cubrir las necesidades adaptadas a las tendencias de un consumidor que invierte en un buen café.
Además de integrar un logo mucho más depurado y contemporáneo (el cual queremos ver ya en todo el branding de la marca) su estrategia de mercadeo está viendo a un futuro cercano con líneas de negocio que no se limiten sólo al café, quieren involucrar buenas propuestas de desayuno, de mitad de mañana, de ensaladas, todo un portafolio de productos pensados más que en el café de la marca el cual es ícono y el corazón de la marca.
Dentro de su táctica será luchar con la competencia directa en su segmento Juan Valdez y en esta lucha de percepciones otro factor determinante será involucrar más a las tiendas físicas en su expansión e identidad de marca. Una marca que hoy cuentas con cerca de 260 tiendas y un crecimiento exponencial que se ha triplicado en aproximadamente 7 años convirtiéndose en la tercera marca de café empacado después de Sello Rojo y Águila Roja.
OMA podrá viajar muy bien a otras geografías muy fácilmente, pero sus directivos pronostican un papel importante en los próximos tres años donde su foco y nicho de consumo será Colombia.
Estas transformaciones hablan de un claro lazo entre el consumidor y la marca y de cómo la misma escucha las tendencias y las adapta en favor del consumidor.
Para el país es otro de los atributos que mostrar, el café sigue con su crecimiento exponencial en las zonas urbanas de las principales ciudades de Colombia lo que le da una convergencia que incluye nuevas opciones de trabajo, posicionamiento de un producto local y muchos inversionistas interesados en pertenecer a la cultura del café
