Si algo caracteriza a Apple es la experiencia que entrega a sus clientes. En repetidas ocasiones la empresa fundada por Steve Jobs ha dejado en claro que la experiencia es una de sus prioridades.
Un comunicado reciente asĆ lo demuestra. En dicho documento utilizado por la firma para responder a las investigaciones que el gobierno de Estados Unidos ha emprendido en contra de la marca se lee: āNuestro objetivo siempre ha sido crear productos que nuestros consumidores amanā.
El valor de la experiencia
Y es que Apple entiendeĀ que la competencia actual en el mercado estĆ” en el terreno de la atenciĆ³n al cliente y la experiencia que de esto se deriva, premisa que muchas conocen, pero pocas pueden llevar a la prĆ”ctica con Ć©xito.
A pesar de que gran parte de las empresas (90 por ciento) asegura que la atenciĆ³n al cliente es una prioridad dentro de sus negocios, sĆ³lo el 3 por ciento es capaz de generar experiencias positivas para los consumidores lo que, en buena medida, tiene que ver con la relaciĆ³n que el cliente tiene con los empleados de una marca.
De hecho, otorgar un buen servicio al cliente incrementa la lealtad hacia la marca (69 por ciento), aumenta las recomendaciones de la misma (59 por ciento) e incrementa en ticket promedio (30 por ciento), segĆŗn estimaciones de NewVoiceMedia.
Apple se equivoca: No todo es experiencia
En cada movimiento ejecutado por Apple esta premisa parece cobrar relevancia. Desde las presentaciones de sus productos y servicios hasta lo que sucede dentro de cada una de sus Apple Stores todo estĆ” encaminado a entregar una experiencia Ćŗnica a su pĆŗblico meta.
No obstante, esta que parece una fortaleza ahora podrĆa ser el gran error que amenaza el negocio de dicha compaƱĆa.
AsĆ lo indica un reciente artĆculo publicado por Bloomberg, el cual ha recopilado declaraciones de algunos empleados de las Apple Stores quienes dicen que la compaƱĆa “ha priorizado la experiencia de la propia marca y no las ventasā.
Esto no sĆ³lo se demuestra con la desaceleraciĆ³n de las ventas del iPhone a nivel mundial, sino que tambiĆ©n se hace evidente con algunas estadĆsticas relacionadas con las tiendas de la marca recopiladas por la mencionada publicaciĆ³n: durante 2017 las Apple Store generaban mĆ”s de 5 mil 500 dĆ³lares por metro cuadrado, y ahora se sigue llegando a esa cifra pero a costa de bajar precios, lanzar planes de renovaciĆ³n y ofrecer financiaciĆ³n con tasas muy bajas.
Lo que ahora sucede con Apple debe ser leĆdo como una gran lecciĆ³n en tiempos en los que la economĆa de la experiencia parece premiar.
Si bien este concepto es vital para triunfar en el mercado, los equipos estratƩgicos detrƔs de las marcas no deben olvidar que el objetivo final de una experiencia es vender y vender mƔs.
De nada sirve tener consumidores contentos y satisfechos si estos no compran; una marca reina en experiencia perderĆ” todo brillo si no logra ubicarse como referencia de su mercado.