- Trump dijo ayer que Coca‑Cola volverá a usar azúcar de caña en EE.UU. tras décadas con jarabe de maíz.
- La versión mexicana con azúcar de caña se vende en vidrio en EE.UU. desde al menos 2009 a través de minoristas como Costco y Sam’s Club.
- La Coca‑Cola estadounidense cambió a jarabe de maíz en 1984 por menores costos debido a subsidios y aranceles.
El regreso del sabor original
Este miércoles 16 de julio, como te adelantamos en Merca2.0, el presidente de Estados Unidos Donald Trump anunció que Coca‑Cola “había acordado” sustituir el jarabe de maíz por azúcar de caña en su producción estadounidense.
Lo calificó como “mejor” y destacó la medida como parte de la tendencia hacia productos más naturales y menos procesados. Coca‑Cola reconoció el interés, pero no especificó cuándo ni cómo se implementará.
¿Por qué la versión mexicana importa ahora?
La versión conocida como “Mexican Coke”, endulzada con azúcar de caña y envasada en botella de vidrio, lleva más de una década disponible en EE.UU. como producto importado.
Inicialmente dirigida a consumidores latinos, su popularidad se expandió hasta entrar a cadenas como Costco y Sam’s Club a partir de 2009, dice el FT.
Ese estatus de producto premium, junto con su sabor tradicional, dio vida a una preferencia percibida: muchos los sienten como más “auténticos” o “menos artificiales”.
Del maíz a la caña: el trasfondo histórico
El cambio en la década de 1980, cuando Coca‑Cola en EE.UU. adoptó jarabe de maíz alto en fructosa (HFCS), fue impulsado por costos más bajos (gracias a subsidios al maíz y aranceles a la azúcar importada) y resistencias del lobby agrícola.
Con esta decisión de Trump y Coca-Cola (si es que se lleva a cabo), el envase en vidrio con azúcar de caña de la versión mexicana revive una tradición que muchos consumidores sienten fue desplazada por decisiones económicas.
Oportunidad para marketing y posicionamiento
Para el equipo de marketing de Coca‑Cola México, este anuncio abre una puerta: subrayar que la fórmula con azúcar de caña no es un experimento, sino parte del ADN de la marca.
Se puede apelar a:
- Reconocimiento de origen auténtico.
- Experiencia sensorial superior (envase de vidrio, sabor clásico).
- Diferenciación en un mercado cada vez más consciente de los ingredientes.
Retos y atención crítica para Coca-Cola
Aunque el anuncio entusiasma, hay incertidumbre: ¿se reemplazará toda la línea o será una edición limitada? ¿Cómo se resolverá la logística de importar o cultivar más caña?
Además, si bien muchos consumidores prefieren el sabor con caña, estudios científicos han encontrado diferencias menores o incluso cero en realidad.
Sin embargo, las percepciones, no solo los datos, son vitales en marketing.
El interés global por la “Coca‑Cola México” como producto icónico y símbolo de sabor genuino volvió a escena. Si la estrategia se concreta más allá del anuncio de Trump, Coca‑Cola podría capitalizar una arista vintage y diferenciadora en un mercado estadounidense saturado.
Para marcas y publicistas, es un ejemplo de cómo la narrativa del origen, la reconexión con la tradición y la percepción de autenticidad pueden servir de impulso en campañas creativas y emocionalmente atractivas.
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