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La mayoría de los proyectos actuales se enfocan en IA generativa, aprendizaje profundo, visión por computadora y procesamiento de lenguaje natural.
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Estados Unidos lidera como el país con más empresas que impulsan la IA, según Statista.
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Los ingenieros especializados en la IA negocian salarios de hasta 250 millones de dólares.
En Silicon Valley, los ingenieros especializados en inteligencia artificial se han convertido en los activos más codiciados, y las grandes tecnológicas no escatiman esfuerzos ni cifras para asegurarlos. Meta, Microsoft, OpenAI y hasta Amazon lideran una competencia sin precedentes, ofreciendo grandes cantidades de compensación que rivalizan con los contratos de las estrellas deportivas más mediáticas del mundo. De hecho, Microsoft ha puesto un especial interés en los talentos de Meta.
Inclusive se han elaborado listas con los ingenieros e investigadores más destacados de Meta y con ello se ha implementado un proceso interno para que sus ofertas sean atractivas para estos desarrolladores. Esto incluye igualar o superar los salarios actuales de Meta, con bonificaciones multimillonarias, un movimiento que destaca la importancia estratégica de la IA generativa para el gigante del software.
De acuerdo con NYtimes, los investigadores jóvenes reciben ofertas que pueden alcanzar los 250 millones de dólares, igual que las estrellas de la NBA, con pagos iniciales que superan los 100 millones de dólares en el primer año. Para los talentos de IA, el mercado laboral se parece cada vez más al de atletas de élite: se rodean de asesores y estrategias personales para maximizar sus beneficios, negociando con empresas que no enfrentan límites salariales tradicionales.
La diferencia radica en que, a diferencia de los equipos de la NBA, las empresas de IA con grandes recursos como Meta, OpenAI y Google no tienen límites salariales. ( El contrato más reciente de cuatro años de Curry con los Golden State Warriors fue 35 millones de dólares menor que el de Deitke, un ingeniero de Meta). Esto ha intensificado aún más la lucha por el talento en IA.
Según los datos, Mark Zuckerberg se reunió personalmente con el desarrollador Sr. Deitke para impulsar una super inteligencia artificial con una oferta revisada de unos 250 millones de dólares a lo largo de cuatro años, de los cuales hasta 100 millones podrían pagarse en el primer año, según las fuentes.
OpenAI no se queda atrás
En ese contexto, OpenAI también mantiene su propia ofensiva para atraer talento, con un principal énfasis en la innovación y la participación directa en proyectos de vanguardia que prometen cambiar la manera en que se desarrolla la inteligencia artificial. La combinación de creatividad, impacto tecnológico y paquetes millonarios ha convertido a estos ingenieros en los “jugadores estrella” de la industria tecnológica.
Ya se había comentado que, OpenAI ha reforzado su equipo de alto nivel incorporando a cuatro ingenieros provenientes de empresas rivales como Tesla, xAI y Meta. Entre ellos destaca David Lau, exvicepresidente de ingeniería de software en Tesla, quien se unió al equipo responsable.
A Lau se sumaron Uday Ruddarraju, exjefe de ingeniería de infraestructuras de xAI y X; Mike Dalton, ingeniero de infraestructuras también de xAI; y Angela Fan, investigadora de IA procedente de Meta. Tanto Ruddarraju como Dalton tienen experiencia previa en Robinhood y participaron en el desarrollo de Colossus, la supercomputadora de xAI compuesta por más de 200,000 GPU, un proyecto clave para impulsar la capacidad de procesamiento de IA a gran escala.
Estas contrataciones reflejan la intensa competencia por talento de élite en inteligencia artificial y el esfuerzo de OpenAI por consolidar un equipo capaz de afrontar proyectos de gran envergadura y alta complejidad tecnológica.
En este escenario, la guerra por la IA no solo redefine los límites de la compensación en Silicon Valley, sino que también cambia la dinámica del talento tecnológico: los ingenieros más jóvenes ya no buscan solo un empleo, sino influencia, reconocimiento y la oportunidad de moldear el futuro de la inteligencia artificial mientras negocian contratos comparables a los de las superestrellas deportivas. Aunque eso si, se podrían vender al mejor postor.
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