En un mundo donde el 74% de los consumidores ignoran los anuncios digitales tradicionales, el marketing ha tenido que mirar hacia atrĆ”s para avanzar. Pero no se trata de nostalgia, sino de evolución. Los medios tradicionales āespectaculares, vallas, activaciones en vĆa pĆŗblicaā estĆ”n viviendo una segunda juventud, impulsados por la tecnologĆa, la creatividad y una necesidad urgente: reconectar con audiencias saturadas de estĆmulos digitales.
Durante mĆ”s de una dĆ©cada, el marketing digital reinó con promesas de segmentación quirĆŗrgica, medición precisa y optimización constante. Sin embargo, en 2025 enfrentamos una paradoja: nunca habĆamos tenido tantas herramientas para llegar al consumidor, y al mismo tiempo, nunca habĆa sido tan difĆcil captar su atención. El CTR promedio de los anuncios display apenas alcanza el 0.46%, mientras que el 42% de los usuarios de internet ya utiliza bloqueadores de anuncios. La fatiga digital es real, y las marcas lo saben.
En este contexto, formatos como losĀ walking boardsĀ yĀ flying displaysĀ estĆ”n emergiendo como protagonistas de una nueva narrativa urbana. Los primeros (esos paneles publicitarios portĆ”tiles que caminan entre nosotros) han dejado de ser una curiosidad para convertirse en una herramienta estratĆ©gica. En ciudades como Monterrey o Ciudad de MĆ©xico, agencias como Axo Publicidad reportan que una campaƱa bien diseƱada puede alcanzar hasta 50,000 impactos diarios, con un costo hasta 60% menor que una valla tradicional. Pero mĆ”s allĆ” de la eficiencia, lo que los hace irresistibles es su capacidad de generar interacción directa, presencia fĆsica y, sobre todo, sorpresa.
Un ejemplo brillante fue la campaƱa de una fintech mexicana que desplegó walking boards con pantallas interactivas en la zona de Polanco. Los transeĆŗntes podĆan escanear un código QR y abrir una cuenta bancaria en menos de tres minutos. El resultado fue contundente: mĆ”s de 12,000 registros en una semana y una tasa de conversión del 18%, muy por encima del promedio digital.
Pero si los walking boards dominan el plano terrestre, losĀ flying displaysĀ estĆ”n conquistando el cielo. Estas pantallas LED montadas en drones han comenzado a sobrevolar zonas urbanas con mensajes, animaciones y experiencias inmersivas. Aunque su uso aĆŗn es incipiente en AmĆ©rica Latina, en Asia y Estados Unidos ya forman parte del arsenal de marketing de grandes marcas. En octubre de 2022, Netflix MĆ©xico realizó una activación espectacular para promocionar la cuarta temporada de Stranger Things. La campaƱa incluyó un show de drones sobre el Monumento a la Revolución, donde mĆ”s de 300 drones formaron figuras icónicas de la serie, como el Demogorgon, el logo de Hawkins y el famoso āUpside Downā.
El evento fue parte de una estrategia de marketing experiencial que combinó medios fĆsicos, redes sociales y contenido generado por usuarios..
Este tipo de activaciones no solo captan atención: la convierten en conversación. Y eso, en tiempos de saturación digital, es oro puro.
Contrario a lo que muchos piensan, los medios tradicionales no estĆ”n obsoletos. EstĆ”n subestimados. SegĆŗn el estudioĀ Tendencias en Consumo de Medios en MĆ©xico 2025Ā de Kantar, el 85% de las mujeres mexicanas sigue expuesta a la televisión tradicional, mientras que el 63% de los consumidores considera que los anuncios en vĆa pĆŗblica son mĆ”s confiables que los digitales. La credibilidad, ese intangible tan escurridizo en redes sociales, sigue anclada en lo fĆsico.
Y no es solo percepción. La neurociencia lo respalda. Un estudio de Canada Post y TrueImpact demostró que los anuncios fĆsicos requieren un 21% menos esfuerzo cognitivo para ser procesados y generan una tasa de recordación del 70%, frente al 44% de los digitales. AdemĆ”s, activan Ć”reas del cerebro asociadas con la emoción y la motivación de compra. En otras palabras: lo que se toca, se recuerda.
La clave, sin embargo, no estĆ” en elegir entre lo fĆsico o lo digital, sino en integrarlos. Un walking board puede ser el detonante de una campaƱa en redes sociales. Un flying display puede ser el teaser de una experiencia inmersiva en realidad aumentada. Las mejores campaƱas no son las mĆ”s grandes, sino las mĆ”s ingeniosas.
La tecnologĆa tambiĆ©n ha transformado la forma en que medimos el impacto de estos medios. Hoy, gracias a la geolocalización, los códigos QR personalizados y el anĆ”lisis de sentimiento en redes sociales, es posible rastrear rutas, estimar conversiones y calcular el ROI con una precisión impensable hace una dĆ©cada. De hecho, segĆŗn SegmentaLab, las campaƱas que integran medios fĆsicos y digitales logran un retorno de inversión 35% superior al de campaƱas exclusivamente online.
Claro, no todo es sencillo. El uso de drones en espacios pĆŗblicos requiere permisos especĆficos. En zonas urbanas saturadas, destacar exige creatividad extrema. Y aĆŗn hay brechas en la estandarización de mĆ©tricas. Pero las oportunidades superan con creces los desafĆos.
Porque en un mundo donde lo digital ya no sorprende, lo fĆsico vuelve a emocionar. Los walking boards, flying displays y demĆ”s formatos deĀ street mediaĀ no son una moda pasajera: son la respuesta a una necesidad humana bĆ”sica en marketin: ser vistos, tocados, vividos.
Las marcas que entienden esta nueva lógica, que no se trata solo de alcanzar audiencias, sino de conmoverlas en el mundo real, son las que logran quedarse en la memoria colectiva. Porque en 2025, para resonar en los oĆdos digitales, hace falta primero hacer ruido en la calle.
Y ya que hablamos de impacto, Āæpor quĆ© no lo llevamos un paso mĆ”s allĆ”? Cierra los ojos e imagina cómo se verĆa tu próxima campaƱa si tuviera vida propia: Āæun dron con luces danzando sobre el Zócalo? ĀæUn equipo de walking boards gamificados que invitan a una carrera interactiva? Tómate un respiro, sĆrvete un cafĆ© (el que prefieras, frĆo o cargado de ideas) y pensemos juntos: si el consumidor ha cambiado, Āæpor quĆ© el marketing seguirĆa igual?