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Las marcas desconocen en muchas ocasiones el destino de sus presupuestos publicitarios, porque las agencias se encargan de ejecutarlo mediante contratos.
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Hay un interés muy claro en las marcas por desarrollar historias a través de influencers, sin embargo, muchos de estos son pésimas estrategias.
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Los influencers y youtubers se han convertido en muchas ocasiones, en figuras polémicas con todo tipo de consecuencias para marcas y plataformas donde distribuyen sus contenidos.
Imagina que has lanzado un programa con el que buscas promover la venta de tus productos entre estudiantes, contratas entonces a una influencer que acaba de entrar a una universidad, lo que no sabes es que ha entrado sobornando a la escuela.
Esta historia se volvió en un hecho real para Sephora y Amazon, luego de que Olivia Jade ha sido acusada junto con sus padres, de sobornar a la Universidad del Sureste de California, para poder estudiar en ella.
La acusación forma parte de una investigación que ha llevado a cabo el FBI y que se ha convertido en un poderoso escándalo de millonarios que sobornaron a universidades para que sus hijos pudieran entrar en universidades de élite.
Entre las otras personalidades implicadas están la actriz de Esposas Desesperdas Felicity Huffman y Lori Loughlin.
En el caso de Olivia Jade se trata de la hija de Lori Loughlin y Mossimo Giannulli, el creador de la icónica marca Mossimo.
Jade comenzó a realizar publicaciones pagadas por Amazon y Sephora, para anunciar productos y servicios contando la historia de por qué eran importantes para una estudiante.
En una de las imágenes incluso aparece en un dormitorio universitario, para dar a conocer que gracias a Amazon había amueblado el cuarto.
Escándalo ensucia a marcas
Las marcas involucradas en el escándalo provocado por Olivia Jade nos recuerda otros lamentables incidentes en que un mal influencer involucra a marcas.
Este es el caso de Logan Paul, luego de que mostró de manera irrespetuosa el cadáver de una persona que había cometido suicidio en un bosque japonés.
Las imágenes se convirtieron en uno de los mayores escándalos para Youtube y abrió el debate sobre la conveniente que era para las marcas el aparecer con publicidad en videos producidos por creadores de contenido con tan lamentables historias.
