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El informe Edison Research 2024 muestra que el 46% de los oyentes regulares buscan podcasts para sentirse menos solos o más comprendidos.
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De acuerdo con Morning Consult, el 73% de los millennials dice sentirse atraído por contenidos que les recuerdan su infancia, y muchos los utilizan como mecanismos de escape o consuelo ante la ansiedad actual.
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Un estudio de YPulse señala que el 58% de los millennials consume activamente medios nostálgicos, especialmente en podcast, video y música.

Steve Burns, el entrañable presentador de Las Pistas de Blue, vuelve a conectar con la generación que creció con él en los años 90, pero esta vez de una forma muy distinta: a través de un podcast pensado para adultos. El nuevo proyecto busca explorar las preguntas complejas de la vida adulta con la misma curiosidad que caracterizaba al programa infantil, solo que ahora las pistas no son para encontrar al perrito Blue, sino para entender qué significa “mantenerse humano en un mundo complicado”.
Con un enfoque íntimo y reflexivo, Steve propone un espacio para seguir buscando respuestas, pero ahora sobre temas como el propósito, la ansiedad, el amor, el paso del tiempo y los desafíos de ser adulto en la era digital. Tal parece que esto se trata de una “continuación natural” del viaje que inició junto a su audiencia hace más de dos décadas, solo que ahora adaptado a los dilemas existenciales y emocionales que enfrentan los millennials.
“Las preguntas se vuelven más grandes”, afirma Burns, “y las respuestas, a veces, más difíciles de encontrar”. Es por eso que, lejos de dejar atrás el espíritu de Las Pistas de Blue, su podcast se plantea como una evolución emocional del mismo universo: uno que reconoce que crecer no significa dejar de hacerse preguntas, sino empezar a formular otras nuevas.
Este giro nostálgico y profundo busca reconectar con una audiencia que, al igual que Steve, ha cambiado con los años. Y en una época donde los podcasts se han convertido en refugios emocionales y espacios de comunidad, su regreso no podría ser más acertado. Porque, al final del día, todos seguimos buscando pistas solo que ahora, de la vida.
En ese contexto, los podcasts se han consolidado como una de las plataformas más poderosas para la conversación profunda, la nostalgia y la exploración emocional. Según el informe The Infinite Dial 2024 de Edison Research, más del 64% de los estadounidenses mayores de 12 años han escuchado al menos un podcast, y un 42% lo hace mensualmente. En México, los datos de Statista señalan que para 2025 se espera que haya más de 40 millones de oyentes de podcast, con un fuerte crecimiento en los segmentos de 25 a 34 años, es decir, la generación millennial.
Los contenidos de tipo emocional, de autoconocimiento y bienestar son algunos de los más consumidos, especialmente por adultos jóvenes que buscan herramientas para navegar la vida en un entorno cambiante y saturado de información. De acuerdo con el reporte Global Podcast Trends de PwC, los géneros de “salud mental”, “crecimiento personal” y “nostalgia” figuran entre los de mayor crecimiento en descargas.
Así, el podcast se convierte en una herramienta poderosa para reconectar con emociones del pasado y cuestionamientos del presente. No se trata solo de entretenimiento, sino de una forma de hacer comunidad, de entenderse a uno mismo y de explorar con voz cercana lo que significa crecer. Esta tendencia ha abierto la puerta para que figuras mediáticas de décadas pasadas regresen, ahora desde otro lugar: como acompañantes de una audiencia que también ha cambiado.
Un caso comparable al de Steve Burns es el resurgimiento del legado de Fred Rogers, creador de Mister Rogers’ Neighborhood, un programa infantil emblemático en Estados Unidos. Aunque Rogers falleció en 2003, su enfoque empático y reflexivo sobre la vida ha sido adaptado y reinterpretado en diferentes formatos para adultos, como el documental “Won’t You Be My Neighbor?” y la película “A Beautiful Day in the Neighborhood”, protagonizada por Tom Hanks.
Estos contenidos no solo apelaron a la nostalgia, sino que también tocaron temas profundamente actuales como la salud mental, la empatía, la paternidad y la conexión humana, con un tono que ayudó a los adultos a procesar sus propias emociones a través de las enseñanzas de su infancia. El éxito crítico y comercial de estas producciones demostró que los personajes infantiles pueden evolucionar en guías emocionales para sus audiencias adultas, especialmente en tiempos de crisis o transformación personal.
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