El levantamiento reunió a estudiantes de últimos semestres y recién egresados de áreas como marketing, publicidad, comunicación y diseño, quienes ofrecieron una mirada clara sobre lo que esperan de su primer empleo: experiencias de aprendizaje, proyectos con propósito y entornos laborales auténticos.
“Los resultados dejan claro que esta generación busca experiencias que combinen aprendizaje, retos y sentido de propósito”, señaló Arturo Ortiz, presidente de Marketing Clan.
Por su parte, Astrid Diez, directora de MercaDiez, mencionó: “el talento emergente no se conforma con una propuesta laboral tradicional. Buscan empresas auténticas, con una identidad clara y con valores que se vivan día a día”. El reto para las compañías, entonces, no es únicamente atraer al talento joven, sino demostrar con hechos que su cultura y sus valores son consistentes con el discurso que proyectan hacia afuera.
Entre los principales hallazgos se encontró que los jóvenes muestran una clara preferencia por iniciar su trayectoria en agencias, atraídos por la posibilidad de trabajar con diversos clientes, aprender de manera constante y desenvolverse en un entorno creativo. No obstante, también valoran la estabilidad que ofrecen las marcas y, en menor medida, la independencia que brinda el emprendimiento. En cuanto a los roles más deseados, destacan posiciones como Project Manager, Planning, Diseñador, Community Manager y Brand Manager, lo que refleja un interés por funciones estratégicas y creativas que les permitan participar activamente tanto en la conceptualización como en la ejecución de proyectos.
Las marcas que más admiración generan entre los estudiantes son Nike, Adidas y L’Oréal, debido a su identidad sólida y proyección internacional, mientras que, en el ámbito de las agencias, sobresalen Ogilvy, Birth Group y Anónimo, junto con otras redes globales y firmas independientes de prestigio. Al momento de decidir dónde trabajar, los factores más relevantes son la innovación y la cultura laboral, acompañados por la búsqueda de un equilibrio entre vida personal y profesional. A ello se suman las oportunidades reales de desarrollo, que terminan siendo el elemento decisivo al elegir un empleador.
El estudio también revela que, al iniciar su carrera, los jóvenes valoran más la experiencia que el salario, aunque mantienen expectativas económicas competitivas desde el comienzo.
Asimismo, confirman que los canales digitales son determinantes en la búsqueda de empleo: las redes sociales, los sitios web corporativos y los portales especializados son su primera referencia, reforzados por el networking y las ferias laborales.
El mensaje para las empresas es contundente: atraer talento ya no depende únicamente de la oferta económica, sino de la capacidad de construir proyectos inspiradores, entornos inclusivos y culturas laborales sólidas. Aquellas organizaciones que logren este equilibrio serán las que conquisten a la próxima generación de profesionales.
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