Con las tecnologías emergentes, han surgido nuevos protagonistas en el mundo y en especial en muchas industrias. Así lo vemos en los formatos de los neobancos, que han emergido como actores destacados en el escenario financiero, desafiando las estructuras tradicionales con un crecimiento exponencial y transformando por completo las experiencias del usuario.
En ese sentido, en la última década, ha surgido un fenómeno revolucionario en el sector financiero: los neobancos. Estas empresas de tecnología financiera, conocidas también como bancos desafiantes o challengers, están redefiniendo la forma en que concebimos y experimentamos los servicios bancarios.
El término “neobanco” se acuñó alrededor de 2016 y se refiere a empresas de tecnología financiera que proporcionan servicios bancarios de manera exclusivamente digital. Aunque la etiqueta es relativamente nueva, los cimientos de este movimiento se establecieron en el Reino Unido después de la crisis financiera de 2008.
Los primeros en abrazar la revolución fintech fueron los denominados “bancos challenger” en el Reino Unido. Estos pioneros, surgidos después de la crisis financiera, se propusieron desafiar las normas establecidas por los bancos tradicionales. Su enfoque se centró en la tecnología, la agilidad y la eliminación de la burocracia, con el objetivo de ofrecer una alternativa fresca y digital a los servicios bancarios convencionales.
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