Este martes, Coca-Cola sorprendió al anunciar que lanzará en Estados Unidos un nuevo producto elaborado con azúcar de caña natural. La compañía, que ya ha logrado superar las estimaciones de resultados trimestrales, sigue apostando por la diversificación de su portafolio en un contexto de creciente demanda de bebidas más saludables y la presión de los consumidores por productos con menos calorías.
El anuncio coincide con una serie de decisiones estratégicas tomadas por la compañía en respuesta a la campaña “Hagamos que Estados Unidos Vuelva a Ser Saludable”, lanzada por el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., que ha impulsado a muchas empresas alimenticias a reconsiderar el uso de edulcorantes artificiales en sus productos. Coca-Cola no es la única en esta carrera: su principal competidor, PepsiCo, también ha manifestado su intención de utilizar ingredientes naturales si así lo demandan los consumidores.
El vínculo de Coca-Cola con México
Una de las sorpresas del anuncio fue la confirmación de que Coca-Cola, bajo la administración del expresidente Donald Trump, ha llegado a un acuerdo para utilizar azúcar de caña real en la producción de bebidas en Estados Unidos. En este contexto, surge una pregunta que no puede pasar desapercibida: ¿la nueva Coca-Cola estará hecha de azúcar mexicana?
Actualmente, Coca-Cola ya comercializa productos endulzados con azúcar de caña en diversos mercados internacionales, incluido México, donde la famosa “Coca-Cola Mexicana” es muy popular debido a su sabor distinto. En Estados Unidos, algunos supermercados venden botellas de vidrio etiquetadas específicamente como “Coca-Cola Mexicana”, lo que ha creado una suerte de preferencia por este producto debido a la percepción de que su sabor es más auténtico.
El impacto de los costos y los aranceles
El cambio al azúcar de caña en la producción de Coca-Cola en EU no estará exento de desafíos. Los analistas del sector advierten que, aunque la compañía se ha mostrado optimista sobre el impacto de estos cambios en los costos, el uso de azúcar de caña podría generar aumentos en los precios debido a ajustes en la cadena de suministro y el comercio global. De hecho, la compañía señaló que el aumento en los costos de los materiales —como el aluminio, que también ha estado sujeto a aranceles impuestos por Trump— podría llevar a la firma a considerar envases alternativos, como las botellas de plástico.
Coca-Cola ha afirmado que sigue siendo capaz de manejar los impactos de la “dinámica del comercio global” gracias a su sólida presencia en mercados internacionales, de los cuales el 61% de sus ingresos provienen de fuera de Estados Unidos. Sin embargo, los volúmenes de ventas en América del Norte cayeron un 1% en el último trimestre, lo que podría reflejar la incertidumbre económica y la presión sobre diversos sectores socioeconómicos.
¿Un cambio bienvenido en Coca-Cola?
Aunque el uso de azúcar de caña natural ha sido recibido positivamente por muchos consumidores que prefieren una opción más “auténtica”, los expertos coinciden en que el consumo excesivo tanto de azúcar de caña como de jarabe de maíz no es ideal para la salud. La decisión de Coca-Cola parece estar dirigida a satisfacer una demanda creciente por productos más saludables, pero no exime a la compañía de la responsabilidad de manejar con cuidado sus ingredientes y precios.
En un mercado competitivo como el de las bebidas, donde la guerra entre gigantes como Coca-Cola y PepsiCo está en su punto álgido, las decisiones de las empresas alimenticias no solo están impulsadas por la demanda, sino también por las presiones regulatorias, los cambios en la política comercial y, claro, las expectativas de los consumidores. Mientras tanto, el nuevo enfoque de Coca-Cola podría tener un impacto significativo tanto en su imagen de marca como en los hábitos de consumo de millones de estadounidenses.
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