El gigante de los alimentos Kraft Heinz anunció este martes que se dividirá en dos compañías, una decisión que sacudió a los mercados y provocó la desaprobación de Warren Buffett, el legendario inversor detrás de Berkshire Hathaway. Hace una década, Buffett fue clave en la megafusión que unió a Kraft Foods con HJ Heinz, creando un conglomerado de 31 mil millones de dólares que prometía dominar la industria alimentaria. Sin embargo, el plan no dio los resultados esperados.
Buffett, cuya firma es el mayor accionista de la empresa con el 27,5 por ciento de participación, no ocultó su molestia. En entrevista con CNBC reconoció que “no resultó ser una idea brillante juntarlos, pero no creo que separarlos lo solucione”. El Oráculo de Omaha también reveló que su sucesor en Berkshire, Greg Abel, intentó disuadir a los ejecutivos de seguir adelante con la ruptura, aunque sin éxito. Las declaraciones tuvieron un efecto inmediato en Wall Street, donde las acciones de Kraft Heinz cayeron un siete por ciento.
El plan de división contempla separar las operaciones en dos grandes bloques: un negocio de comestibles enfocado en Norteamérica, que incluirá marcas tan reconocidas como Oscar Mayer, Kraft Singles y Lunchables, y un negocio global centrado en lo que la compañía llama “elevación del sabor”, con productos insignia como el ketchup Heinz, el queso crema Philadelphia y los macarrones con queso Kraft. La operación, que se prevé concretar en la segunda mitad de 2026, busca darle a cada portafolio una gestión más precisa para recuperar la competitividad perdida en los últimos años.
La historia reciente de Kraft Heinz está marcada por tropiezos. Desde la fusión de 2015 la empresa ha perdido alrededor de 57 mil millones de dólares en valor de mercado. En 2019 anunció una reducción contable de 15 mil millones vinculada a las marcas Kraft y Oscar Mayer, en medio de ventas débiles y costos crecientes. En 2023, el socio original 3G Capital se retiró de manera discreta, dejando a Berkshire Hathaway como accionista mayoritario. Más recientemente, la empresa reportó una pérdida trimestral tras registrar un cargo por deterioro de 9.3 mil millones de dólares, resultado de la caída en sus acciones y de la dificultad para mantener la relevancia de productos como Lunchables y Capri Sun en un mercado cada vez más enfocado en la salud.
La compañía ha tratado de adaptarse con propuestas más accesibles y saludables, como un paquete familiar de macarrones con queso por menos de dos dólares y la promesa de eliminar colorantes artificiales en sus productos estadounidenses, medida impulsada por la presión del secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr. No obstante, los analistas advierten que el reto va más allá de un ajuste de portafolio. Robert Moskow, de TD Cowen, señaló que las megafusiones en el sector de alimentos han tenido un historial de fracasos, mientras que empresas más pequeñas y con carteras específicas suelen mostrar mejores resultados a largo plazo.
El anuncio de Kraft Heinz se suma a un movimiento más amplio dentro de la industria. En 2023, Kellogg decidió dividirse en dos compañías independientes, mientras que Keurig Dr Pepper ya planea revertir su fusión de 2018. La estrategia refleja la necesidad de adaptarse a un consumidor que busca variedad, innovación y, cada vez más, opciones saludables. En medio de este panorama, la división de Kraft Heinz no solo redefine el futuro de la compañía, sino que también pone en entredicho la visión que durante años dominó al sector: la idea de que más grande siempre es mejor.
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