- Negishi combinó micrófono, reproductor de casetes y pago en monedas para lanzar su “Music Box” en 1967, dispositivo padre del karaoke.
- IEEE otorgó una placa conmemorativa en Tokio por su aporte tecnológico al entretenimiento.
- El karaoke evolucionó de los bares a las apps digitales, impulsando experiencias de marca y engagement global.
A finales de los años sesenta, Japón vio nacer un aparato que transformó el ocio: un cubo de apenas 30 centímetros, equipado con micrófono, reproductor de casetes y caja de monedas.
Creado por el ingeniero Shigeichi Negishi, este dispositivo, conocido originalmente como “Music Box” y más tarde como “Sparko Box”, introdujo el formato comercial del karaoke en 1967.
Un invento impulsado por la cotidianeidad
Negishi, graduado en Economía por la Universidad de Hosei, dirigía una ensambladora de productos electrónicos. Se mantuvo durante la Segunda Guerra Mundial como prisionero en Singapur, retomando su labor tras el conflicto, dice este viernes 13 de junio El País.
En 1967, tras recibir un comentario sobre su afición a cantar mientras trabajaba, encargó a su equipo conectar un micrófono a un reproductor de cintas para amplificar su voz con una pista musical.
En pocos días, surgió el prototipo que colocó en un local en Tokio, dando origen a la primera experiencia de karaoke automatizado, explicaba hace unos meses un artículo similar de The Times.
La novedad es que es este jueves 12 de junio de 2025, el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) galardonó a la familia de Negishi en Tokio con una placa conmemorativa por esta innovación, señalada como parte esencial del desarrollo de la tecnología del entretenimiento.
A diferencia de figuras como Daisuke Inoue (quien popularizó un sistema similar en 1971) la Asociación Japonesa de Industriales de Karaoke respaldó el inicio del fenómeno en el aparato de Negishi, quien murió en enero de 2024 a los 100 años.
Evolución del concepto del karaoke en el consumo global
Desde sus usos en bares, restaurantes y hoteles, el karaoke pasó a incorporar pantallas con letras en los ochenta, y en 1992 surgieron las primeras versiones en red, conectadas vía módem, que impulsaron el karaoke online.
En Japón, hoy representa una industria que mueve cientos de miles de millones de yenes, con cadenas emblemáticas como Karaoke Kan en Shibuya, inmortalizada en la película Lost in Translation.
Su popularidad se extendió a nivel internacional, y en regiones como México, Colombia, Chile y Argentina se popularizaron bares y apps especializadas.
De la experiencia del usuario a la estrategia multicanal
Desde el punto de vista del marketing y la comunicación, este reconocimiento aporta varias lecciones:
- El karaoke surgió de una experiencia auténtica y un problema cotidiano, una idea que cumplió funciones de promoción y fidelización en locales.
- Fue un producto pensado para el consumo colectivo, que se convirtió en escenario para campañas experienciales, eventos de marca y activaciones en vivo.
- Su evolución tecnológica ofrece ejemplos de adaptación: desde hardware analógico hasta plataformas de streaming y aplicaciones móviles, permite una estrategia omnicanal.
Este caso demuestra cómo una invención aparentemente sencilla puede convertirse en plataforma de engagement masivo y generar nuevas oportunidades de comunicación e interacción con el consumidor.
Karaoke: una industria aún en expansión
El mercado global de karaoke rondaba los 10,000 millones de dólares. Se estima que, en países latinoamericanos, las aplicaciones y bares temáticos han crecido impulsados por el auge de los contenidos digitales y el deseo de experiencias compartidas, activadas por la música.
Para las marcas, el karaoke ofrece un canal atractivo: desde concursos en redes sociales hasta alianzas con plataformas de audio y video.
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