La campaña, creada por Adam&Eve DDB a un coste de siete millones de libras, ha sido denominada ‘Buster the Boxer,’ y tiene como protagonistas a la pequeña Bridget, su perro, los padres y los animales de los bosques cercanos y su relación con el regalo de navidad, un trampolín para el jardín.
El anuncio de las tiendas británicas tiene la difícil tarea de superar a los premiados antecesores, de las campañas navideñas previas, como lo han sido Monty the Penguin y Man on the Moon, a lo que se suma el que se está al final de un año complicado debido a la sorpresa política del Brexit (y ahora al triunfo de Donald Trump) que no contribuye a que el ánimo de los consumidores. De hecho, por ello se ha querido ofrecer una campaña más ‘ligera’, como ha señalado el director de clientes de John Lewis, Craig Inglis.
La idea es simple, quieren hacer sonreír a las audiencias, recordándoles lo que se siente cuando se da el perfecto regalo de navidad, especialmente después de lo que consideran un año caótico en Reino Unido.
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