Tras el boom de teléfonos inteligentes y tabletas, muchos expertos predijeron que los dispositivos portátiles serían la próxima gran novedad en tecnología de consumo. Y hasta cierto punto tenían razón: los envíos mundiales de SmartWatch se han más que triplicado desde 2015 y los brazaletes de seguimiento de estado físico son tan populares como asequibles.
Sin embargo, hablar de un auge de los wearables en general parece una exageración cuando se consideran los números con más detalle. Según IDC , hasta ahora el crecimiento del mercado ha sido impulsado casi en su totalidad por los relojes inteligentes y los rastreadores de fitness, que se espera representen el 95 por ciento de todos los wearables enviados este año y continúen su reinado sobre el mercado hasta el 2022.
Otros dispositivos más futuristas, como el antes publicitado Google Glass, no lograron impresionar a los consumidores convencionales y se desvanecieron en la oscuridad. Un área potencial de crecimiento es el segmento de bragas inteligentes, que IDC espera sextuplicar entre 2018 y 2022.
Dispositivos como los AirPods de Apple, que aún no son lo suficientemente multifuncionales como para que IDC los considere inteligentes, podrían allanar el camino hacia una nueva generación de accesorios para el oído inteligentes con seguimiento de la frecuencia cardíaca y asistentes inteligentes integrados entre las características probables de los dispositivos futuros.